El Desvanecimiento de la Ilusión: ¿Qué Pasa con Lewis Hamilton y Ferrari?
La llegada de Lewis Hamilton a Ferrari generó una ola de entusiasmo sin precedentes. La presentación del siete veces campeón del mundo de Fórmula 1, junto a su nuevo compañero Charles Leclerc y el jefe de equipo Frédéric Vasseur, fue un evento que prometía el inicio de una nueva era. La expectativa era alta: el piloto más laureado del deporte se unía a la escudería más emblemática, ansiosa por volver a la cima desde 2008.
La pretemporada y las primeras carreras de 2025 parecieron confirmar las expectativas. Hamilton, visiblemente motivado por el cambio, y Leclerc, mostraron una confianza palpable. Incluso, compartían momentos de camaradería jugando ajedrez online. Sin embargo, la euforia inicial ha dado paso a la desilusión, a medida que McLaren, y en menor medida Mercedes y Red Bull, han dominado la temporada.
La victoria de Hamilton en la carrera sprint de China y algunos podios de Leclerc son los únicos logros de Ferrari hasta el receso de verano. Mientras tanto, Mercedes y Red Bull, a pesar de ir por detrás en la clasificación, han logrado victorias en Grandes Premios.
El Gran Premio de Hungría dejó en evidencia el descenso en el rendimiento de Hamilton, quien llegó a expresar su frustración y decepción.
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Lo más preocupante es el aparente abatimiento de Hamilton. Sus declaraciones en Budapest, donde admitió sentirse «inútil», han marcado un punto de inflexión. Después de ser eliminado en la Q1, el piloto sugirió que Ferrari podría necesitar cambiar de pilotos, un comentario sorprendente para alguien con un contrato millonario y un historial de éxitos sin igual.
Después de terminar en el puesto 12, su estado de ánimo no mejoró. «Hay muchas cosas pasando en segundo plano… que no son buenas», comentó. Ante la pregunta sobre el Gran Premio de Holanda, respondió con un dubitativo «Espero volver, sí». A esto se le suma la proximidad del Gran Premio de Italia en Monza, la carrera de casa de Ferrari, lo que añade presión y expectativa.

La imagen muestra a Lewis Hamilton, visiblemente abatido tras el Gran Premio de Hungría.
El desempeño de Leclerc en Hungría también reflejó las dificultades del equipo. A pesar de lograr la pole position, su carrera se vio afectada por problemas de rendimiento y estrategia, una situación familiar para los aficionados de Ferrari. Leclerc, aunque crítico por radio, intentó minimizar la situación ante los medios, pero la frustración era evidente.
La situación de Hamilton es diferente. Sus comentarios y su rendimiento en Hungría sugieren una pérdida de confianza y motivación. La pregunta ahora no es solo si Ferrari puede proporcionarle un coche ganador, sino si él mismo cree que puede ganar con él.
El tiempo dirá si Hamilton logra revertir esta situación. Lo que es seguro es que, de momento, la magia que rodeaba su llegada a Ferrari se ha desvanecido.