En un encuentro marcado por la emoción y la incertidumbre, el Manchester United logró una victoria agónica de 3-2 sobre el Burnley, un triunfo que, aunque valioso, no generó una efusiva celebración por parte del director técnico, Ruben Amorim.
Tras el pitido final, Amorim se limitó a un apretón de manos con Scott Parker, un abrazo de Joshua Zirkzee y una solitaria caminata hacia el túnel. Un gesto de alivio más que de júbilo, evidenciando la tensión acumulada.
El peso de ser el técnico del United
En la conferencia de prensa previa al partido, Amorim había expresado la montaña rusa emocional que conlleva dirigir al United. «A veces amo a mis jugadores, a veces los odio», declaró. Frases que resonaron tras un partido donde su equipo, tras desperdiciar una ventaja en dos ocasiones, necesitó un penalti en el minuto 97, convertido por Bruno Fernandes, para asegurar la victoria.

La victoria, aunque crucial, no disipó las dudas. El equipo generó 26 disparos a la portería del Burnley, pero la falta de contundencia y los errores defensivos volvieron a ser evidentes.
Amorim, consciente de la presión, admitió que la victoria era vital. Sin embargo, no se mostró eufórico, sino más bien pragmático.
“No estoy pensando en un punto de inflexión”, dijo Amorim. “El partido terminó bien. Creo que merecimos ganar, y luego, en este momento, cada posesión cerca de nuestra área, ellos pueden marcar. Estamos en ese momento, así que siempre estamos persiguiendo muchas cosas. Pero merecimos ganar y lo intentamos hasta el último minuto para marcar goles. Tuvimos nuestras oportunidades y al final merecimos ganar”.
Ruben Amorim
El mejor jugador del Man United podría ser su mayor problema.
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Entre las noticias positivas, destaca el rendimiento de Bryan Mbeumo, quien marcó su primer gol en la liga y ofreció esperanza para el sistema 3-4-3 de Amorim.

Sin embargo, las deficiencias defensivas, evidenciadas en los goles del Burnley, son una preocupación. Amorim, consciente de estos problemas, resaltó el esfuerzo de sus jugadores, pero sabe que se necesita más para revertir la situación.
Esta fue solo la quinta victoria de Amorim en la liga en Old Trafford desde que asumió el cargo. El entrenador es consciente de que necesita más que una victoria sobre el Burnley para convencer a los que dudan de que es el hombre adecuado para rescatar al club.
En la conferencia de prensa posterior al partido, Amorim admitió que solo puede pensar «día a día». La victoria sobre el Burnley le ha comprado algo de tiempo, pero el camino para recuperar la gloria del Manchester United es largo y desafiante.