Springboks humillan a Irlanda en Dublín: Caos y victoria épica

alofoke
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¡Vaya partido! Los Springboks se impusieron a Irlanda con un marcador de 23-14, logrando su primera victoria en Dublín desde 2012. Este triunfo reafirma su posición como el mejor equipo del mundo, pero la historia de este encuentro va mucho más allá del resultado.

El partido fue una locura total, un verdadero caos. Irlanda recibió cuatro tarjetas en la primera mitad, llegando a jugar con solo 12 hombres en un momento dado. Además, justo antes del descanso, el entrenador Rassie Erasmus decidió sustituir a ambos pilares de los Springboks, una decisión que desató una serie de eventos que culminaron en un ensayo de castigo y una tarjeta amarilla para Irlanda. Hubo también dos ensayos anulados en los primeros 40 minutos, y momentos de desconcierto por parte de jugadores normalmente serenos. Los Springboks demostraron una vez más su superioridad.

Irlanda, que había dominado a los Springboks en los últimos encuentros, con cuatro victorias en los últimos cinco enfrentamientos, esperaba dar un golpe sobre la mesa.

Springboks humillan a Irlanda en Dublín: Caos y victoria épica
David Fitzgerald/Sportsfile via Getty Images

El ambiente en el Aviva Stadium era electrizante, con humo en el aire y una emotiva interpretación del himno «Zombie» de The Cranberries antes del inicio. Dos años atrás, esa misma canción resonó en París tras la victoria de Irlanda sobre los Springboks en la fase de grupos de la Copa del Mundo. Erasmus, reflexionando sobre esa derrota, encontró en la canción un punto de inflexión que llevó a los Springboks a ganar el torneo. La repetición de la canción en esta fría noche de noviembre buscaba evocar recuerdos parisinos e impulsar a Irlanda.

Desde el principio, se percibía que el partido se jugaría al límite de las emociones. La cámara se detuvo en Caelan Doris mientras sonaba «Ireland’s Call», con una leve sonrisa en su rostro. Irlanda estaba lista para dejar su huella. Pero lo que siguió en la primera mitad fue increíble.

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Un breve resumen: Damian Willemse anotó un espectacular ensayo a los cuatro minutos. Sacha Feinberg-Mngomezulu evitó una tarjeta amarilla por un placaje alto sobre Tommy O’Brien. Irlanda luchaba por descifrar la defensa de los Springboks y hacer frente a su físico. Tadhg Beirne creyó haber anotado un ensayo, pero fue anulado por una acción ilegal de James Ryan, que recibió una tarjeta amarilla, luego convertida en roja. Y a respirar.

Los Springboks también vieron anulado un ensayo por pase adelantado, pero Cobus Reinach anotó otro poco después. Dan Sheehan respondió, con Irlanda jugando con 13 hombres, y aunque volvieron a tener 14 con la sustitución de Ryan, cayeron de nuevo a 13 con la tarjeta amarilla a Jack Crowley por una acción imprudente. Los Springboks presionaron la línea de Irlanda, Erasmus cambió a ambos pilares, Andrew Porter recibió una tarjeta amarilla, se produjo un ensayo de castigo y todos contaban cuántos jugadores quedaban en el campo mientras los Springboks se iban al descanso con una ventaja de 19-7. ¡Uf!

Springboks humillan a Irlanda en Dublín: Caos y victoria épica
Damian Willemse anotó el primer ensayo de Sudáfrica en Dublín. Charles McQuillan/Getty Images

En la segunda mitad, Irlanda anotó un par de penales y resistió el ataque de los Springboks, solo para que Feinberg-Mngomezulu ampliara la ventaja tras superar a Jamison Gibson-Park y a media defensa irlandesa. Con 20 minutos por jugar, los Springboks continuaron dominando a Irlanda, recibiendo penales en la melé, lo que llevó a una tarjeta amarilla para Paddy McCarthy.

Los Springboks pudieron haber optado por el juego rápido en algunas ocasiones, pero optaron por desgastar a Irlanda. Fue un partido brutal, dejando una marca en la delantera irlandesa. En los últimos compases, Irlanda intentó acercarse en el marcador, pero terminó golpeada y sin nada que mostrar.

Fue un partido loco, pero una de las actuaciones más imponentes físicamente que se han visto este año, o en cualquier otro año, por parte de los Springboks. Se habló mucho del maleficio que Irlanda tenía sobre los Springboks en Dublín. Erasmus nunca había ganado aquí como entrenador. Esto fue parte de la narrativa: Erasmus también añadió presión a su equipo al decir que este partido definiría si el año era un éxito o un fracaso. Así que terminaron con una racha de 13 años y, además, «salvaron» su ya exitosa temporada.

¿Presión? Los Springboks respondieron al desafío con creces. Malcolm Marx estuvo sobresaliente, Feinberg-Mngomezulu tuvo algunos momentos dudosos al principio, pero salió adelante. Los dos centros fueron brillantes, pero esto fue un logro colectivo.

Springboks humillan a Irlanda en Dublín: Caos y victoria épica
Charles McQuillan/Getty Images

Irlanda demostró un carácter inmenso al mantenerse en la lucha. Equipos inferiores habrían arrojado la toalla. Es de agradecer que mantuvieran a raya a los Springboks durante tanto tiempo en la segunda mitad. Y también terminaron con fuerza, acampando en la línea de los Springboks y teniendo la oportunidad de hacer las cosas interesantes. Pero su falta de disciplina enfureció a Andy Farrell.

Su cuenta final de 18 penales concedidos por Irlanda lo dice todo. A pesar de jugar gran parte del partido con desventaja numérica, carecieron de compostura cuando la necesitaron y fueron superados en el juego de fuerza. Simplemente no tenían la profundidad para cambiar el rumbo. Y su juego estático quedó expuesto. Le queda mucho por resolver a Farrell.

Al final del partido, Irlanda cayó de rodillas y Sudáfrica exhaló. Fue rugby de prueba en sus límites. Un desafío físico que rara vez hemos visto. Y todos en el estadio trataron de averiguar exactamente lo que habían presenciado. Sudáfrica ganó en Dublín por primera vez desde 2012, pero fue mucho más que eso.

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