Inglaterra Brilló en Twickenham: Derrota Histórica a los All Blacks
En una tarde gris, Inglaterra iluminó Twickenham con una actuación para la historia. El equipo demostró carácter, precisión, físico y, sobre todo, una inmensa confianza en sí mismo, derrotando a los All Blacks por 33-19. La victoria, construida sobre la resiliencia y la estrategia, marca un hito para el rugby inglés.
El partido mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos hasta el minuto 76, cuando Tom Roebuck aseguró la victoria con su try. Antes de eso, la tensión era palpable, con Inglaterra jugando con la precisión de George Ford y la energía de jugadores como Henry Pollock. La victoria fue el resultado de un esfuerzo colectivo, una prueba de la creciente fuerza del equipo inglés.
Inglaterra, que llegó a estar 12-0 abajo en los primeros 18 minutos, no perdió la concentración. Los tries de Ollie Lawrence, Sam Underhill, Fraser Dingwall y Tom Roebuck encendieron la euforia en Twickenham. Al final del partido, la alegría y el agotamiento se fusionaron en una celebración memorable. Este equipo se convirtió en el noveno en la historia de Inglaterra en vencer a los All Blacks.
Este encuentro fue un ejemplo de rugby jugado al límite, con errores inusuales pero sintomáticos de la intensidad del juego. La victoria es un testimonio de la calidad de Inglaterra y de su capacidad para gestionar la presión.
El equipo inglés demostró su capacidad para recuperarse, sobrevivir a momentos difíciles y responder con determinación. La brillantez de Ford, el trabajo incansable de Underhill, la organización de sus centros, el liderazgo de Maro Itoje y la fortaleza de la banca fueron clave para el triunfo.
Esta victoria, aunque no garantice un campeonato mundial, es un gran paso para construir confianza y generar impulso. Inglaterra ha estado esperando una victoria como esta desde 2019, y este triunfo sobre los All Blacks es un logro raro y valioso.
La respuesta de Inglaterra al haka, similar a la formación en «v» de hace seis años en Yokohama, simboliza la confianza y la determinación del equipo. La victoria de este sábado representa un momento para recordar, un triunfo que quedará grabado en la memoria de los aficionados.
La victoria de Inglaterra sobre los All Blacks en Twickenham marca un hito, poniendo fin a una espera de 13 años. Ford, con su magistral desempeño, se lleva los titulares, pero la victoria es el resultado del esfuerzo de todo el equipo. Es una prueba clara del progreso y la evolución del rugby inglés.
Ford fue magnífico en el puesto de apertura. Hoy, Ford anotó un penalti en el minuto 75 para ampliar la ventaja de Inglaterra a nueve puntos, antes de que Roebuck anotara un minuto después para sellar el resultado de 33-19. Fue una gestión experta, en un partido en el que sus dos drop-goals justo antes del descanso redujeron la ventaja de los All Blacks de 12-5 a 12-11.
Inglaterra continuó construyendo su juego hasta que la defensa de los All Blacks se vino abajo. El equipo inglés no se dejó amilanar por los errores, incluso cuando iba perdiendo 12-0. Los errores de los All Blacks, como los penaltis fallados y las pérdidas de balón, también jugaron un papel clave.
La entrada de jugadores desde el banquillo en el minuto 51 dio a Inglaterra un nuevo impulso y urgencia. A pesar del intento de remontada de los All Blacks, Inglaterra logró mantener la calma y asestar los golpes finales del partido, con una delantera dominante y recuperando cada balón suelto. Los All Blacks, que buscaban un Grand Slam en su gira por el hemisferio norte, se vieron superados por un equipo inglés que demostró una mayor intensidad, físico y precisión.
Este es un partido que marca un antes y un después para el rugby inglés, una victoria que demuestra el progreso y la ambición del equipo de Steve Borthwick.
