En el corazón del Madison Square Garden, dos pesos pesados de la NHL protagonizaron un enfrentamiento de la vieja escuela que mantuvo a todos al borde de sus asientos.
El choque, que se desarrolló en el centro del hielo, tuvo consecuencias significativas para uno de los contendientes.
Matt Rempe, de los New York Rangers, lanzó el desafío a Ryan Reaves, de los San Jose Sharks, después de que Reaves derribara a Juuso Parssinen.
Además de la rivalidad, Rempe buscaba motivar a su equipo, que se encontraba en desventaja tras un gol en los primeros minutos del partido.
Después de un breve forcejeo inicial, el casco de Reaves saltó por los aires, seguido por el de Rempe. Ambos jugadores intercambiaron golpes durante más de veinte segundos, con el público rugiendo de emoción.
Rempe logró cubrir la cabeza de Reaves con su camiseta, propinando golpes en la cabeza del rival antes de que los árbitros intervinieran para detener la pelea.
Reaves fue penalizado con una mayor de cinco minutos, mientras que Rempe se retiró al vestuario con el personal médico, en medio de los cánticos de «¡Rempe! ¡Rempe!» por parte de los aficionados.
El jugador de 23 años no regresó al juego debido a una lesión en la parte superior del cuerpo.
La liga ha implementado medidas para prevenir que los jugadores se quiten el casco antes de pelear.
Reaves, con sus 6 pies y 2 pulgadas y 225 libras, es uno de los pocos jugadores que aún no usan visor.

Ryan Reaves comentó sobre la situación:
La mayoría de los jugadores que entran en una pelea tienen que usar viseras, así que, en todo caso, estoy en desventaja. Extraño pelear con tipos sin visera porque me corto más las manos y pueden protegerse un poco más. Siento que tengo que pasar por una capa extra para llegar a la cara.
Ryan Reaves
El número de peleas en el hockey ha disminuido drásticamente en comparación con épocas anteriores, con una reducción significativa desde la temporada 2000-01.
Rempe, conocido por su imponente estatura de 6 pies y 9 pulgadas y 261 libras, se ha ganado el cariño de los aficionados y el respeto de sus compañeros por su disposición a enfrentarse a los jugadores más duros del deporte.


