Jokić: El Enigma NBA Revelado en Serbia, Más Allá del MVP

alofoke
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Nikola Jokić: El Enigmático Rey de Sombor y el Baloncesto Mundial

En el verano pasado, en Sombor, Serbia, Nikola Jokić se encontraba en un taller de carrocería observando a su amigo Nemanja Pavkov. Pavkov, en constante movimiento, atendía a sus clientes, revisaba su teléfono y supervisaba la pintura de uno de los sulkys de Jokić, los vehículos similares a carros que se enganchan a sus caballos para las carreras. Jokić, asombrado, le preguntó a su amigo: «¿Hermano, haces esto todo el día?».

«Hermano, solo sigue jugando baloncesto», le dijo Pavkov, «Sabes lo que haces allí, y ahora sabes lo que hacemos aquí. No querrás tener un trabajo normal.»

Nemanja Pavkov

Jokić, la estrella de la NBA, es un enigma único, un superestrella que prefiere la privacidad y la vida fuera del foco mediático. Lo que se conoce de él, especialmente para los aficionados al baloncesto, se limita a lo que se ve en la cancha. Pero fuera de ella, en su ciudad natal de Sombor, Jokić es simplemente Nikola, un vecino más.

En Sombor, el mundo de Jokić se centra en su familia, sus caballos, su gimnasio y su cancha de baloncesto al aire libre, todo a poca distancia en bicicleta. Aquí, la gente protege su privacidad, sin pedir autógrafos ni fotografías, y respetando sus momentos personales. La clave es el pacto de discreción de Sombor.

Imagen de Nikola Jokić con uno de sus caballos

El hipódromo Dream Catcher de Jokić es otro de sus refugios. Allí, el aire se llena del olor a tierra y la imagen de Jokić se transforma. Deja a un lado la disciplina del baloncesto y abraza la pasión por las carreras de caballos. Es en este espacio donde Jokić se permite sentir emociones, llorando cuando sus caballos ganan y consolándolos cuando pierden.

Su padrino y entrenador de acondicionamiento físico, Nebojša Vagić, revela la dualidad de Jokić, «Con el baloncesto, es un animal disciplinado, un sicario. Con las carreras de caballos, es diferente. Se cura a sí mismo con las carreras de caballos».

La cancha de baloncesto, ubicada junto a la escuela primaria Dositej Obradović, es otro punto clave en la vida de Jokić. Con un mural gigante de él mismo, la cancha es un lugar de encuentro con sus amigos de la infancia. Juegan partidos de 3 contra 3, donde Jokić busca mejorar y competir con aquellos que lo conocen desde siempre.

Pavkov, su amigo de la infancia, recuerda el cambio de Jokić, cuando con 17 años comenzó a estirar antes de jugar, un gesto inusual para los chicos de Sombor. Ese simple acto marcó el inicio de su compromiso con el baloncesto y su sueño de triunfar.

Para entender a Nikola Jokić, es necesario comprender Serbia y sus complejidades. En Sombor, la historia y la cultura se entrelazan. El pasado, con sus conflictos y tensiones, se manifiesta en cada rincón, desde las placas de los coches hasta los murales en las calles.

Imagen del mural de Jokić en la escuela

En su camino hacia el estrellato, Jokić pasó por Novi Sad, donde demostró su talento. Sin embargo, su corazón siempre estuvo en Sombor, con su familia y amigos. La estación de tren de Novi Sad, con su trágica historia, es un recordatorio de los desafíos que enfrenta el país.

El juego de Jokić se basa en la sutileza, la inteligencia y la capacidad de anticipación. Sus números de la temporada 2024-25, con un promedio de 29.6 puntos, 12.7 rebotes y 10.2 asistencias por partido, demuestran su dominio en la cancha.

Vagić destaca la frustración de Jokić por ser incomprendido, «Él piensa en un nivel superior, un paso por encima». Esto, a menudo, generaba malentendidos sobre su ética de trabajo, pero Jokić siempre se mantuvo fiel a su enfoque.

En el draft de 2014, Jokić estaba en Sombor, ajeno a su futuro.

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