Jrue Holiday y los Trail Blazers: Un Amanecer Inesperado
La mañana del jueves pasado, para Jrue Holiday y sus compañeros de los Portland Trail Blazers, comenzó como cualquier otra. La mayoría había apagado sus teléfonos, buscando recuperar el sueño tras una derrota en el inicio de temporada contra los Minnesota Timberwolves. Sin embargo, la normalidad se esfumó rápidamente.
La noticia del arresto de su entrenador, Chauncey Billups, conmocionó al equipo. Billups, quien había guiado a Portland en su proceso de reconstrucción durante cinco temporadas, fue detenido por el FBI en relación con una investigación federal sobre juegos de póquer amañados y una pesquisa separada sobre apuestas ilegales en partidos de la NBA.
Chauncey realmente me hizo un favor la primera vez que me traspasaron aquí, al poder ver las cosas a través de mis ojos y preguntarme qué quería. No muchos entrenadores harían eso. Pero él entendía porque también era un jugador en esta liga.
Jrue Holiday
Holiday, a pesar de no tener una larga historia con Billups, sentía que conocía a su entrenador. Recordó cómo Billups, tras su traspaso desde los Milwaukee Bucks, le había ofrecido un papel de liderazgo. Holiday, entonces, priorizando jugar en un equipo competitivo, fue transferido a los Boston Celtics, donde logró un campeonato en 2024.
Este verano, las circunstancias cambiaron. Los Celtics buscaban reducir su nómina, mientras que los Blazers querían sumar veteranos como Holiday para fortalecer su joven núcleo. La conversación con Billups fue distinta. Holiday expresó su entusiasmo por el traspaso y Billups lo visitó para asegurarse de que se sintiera cómodo.
En el vestuario de los Blazers y en toda la NBA, la pregunta es cómo conciliar al hombre que conocían con el que el gobierno federal presenta como un criminal.
En medio de la incertidumbre, el equipo se enfoca en su trabajo. Matisse Thybulle, compañero de equipo, destaca la importancia de la concentración y el apoyo mutuo. La puerta de la oficina de Billups, antes siempre abierta, ahora permanece cerrada, simbolizando el vacío que ha dejado su ausencia.
Antes del partido del viernes, Holiday y Lillard lideraron una reunión para enviar un mensaje a los jóvenes: mantenerse unidos, sin importar la situación.
La situación ha dejado al mundo de la NBA conmocionado, buscando respuestas y esperando que se aclaren los hechos.



 
  
 

