La esperada jornada de la Major League Baseball en el Bristol Motor Speedway se vio empañada por la lluvia, obligando a suspender el encuentro entre los Atlanta Braves y los Cincinnati Reds en la primera entrada.
El evento, denominado Speedway Classic, que atrajo a una multitud récord para un partido de temporada regular en Tennessee, se detuvo después de un retraso inicial de más de dos horas. El juego se reanudará el domingo a la 1 p.m. ET.
La ceremonia inaugural contó con leyendas del béisbol como Johnny Bench y Chipper Jones, junto a figuras de la NASCAR como Kyle Busch y Chase Elliott.
Los aficionados, tras aguantar la primera interrupción, comenzaron a abandonar el recinto antes de que se pospusiera el juego, con los Reds liderando 1-0.
Michael Hill, vicepresidente sénior de operaciones en el campo de la MLB, expresó optimismo sobre una mejora en el pronóstico del tiempo para el día siguiente.
Las condiciones climáticas dificultaron el juego, con incidentes como el bate de TJ Friedl saliendo de sus manos.
Este encuentro formaba parte de la iniciativa de la MLB de llevar el béisbol a lugares inusuales, siguiendo el éxito de los partidos en el «Field of Dreams» en Iowa y otros eventos similares.
El lanzador de los Reds, Andrew Abbott, se presentó en Bristol luciendo un traje de carreras de NASCAR.
Antes de que la lluvia interrumpiera el evento, los aficionados pudieron disfrutar de una noria de 110 pies, puestos de comida, música en vivo, túneles de lanzamiento y jaulas de bateo.
Además, se ofrecieron oportunidades para fotos con el Trofeo del Comisionado y Clydesdales en el circuito.
El espectáculo contó con actuaciones de Tim McGraw y Pitbull.
Los jugadores desfilaron en camionetas por la pista de carreras antes de la ceremonia.
El primer retraso provocó cambios en los lanzadores iniciales de los Braves.
Los Braves decidieron no arriesgar a Spencer Strider, quien se recupera de una cirugía de codo, y optaron por Austin Cox.
La lluvia cesó lo suficiente como para retirar la lona y comenzar el juego.
Michael Waltrip reinició el evento citando a su hermano Darrell: «Boogity, boogity, boogity. ¡Juguemos béisbol, muchachos!»
Atlanta no anotó en la primera entrada, y una vez más la lluvia obligó a una nueva interrupción después de que Austin Hays impulsara una carrera para Cincinnati.
Más de 85,000 entradas fueron vendidas, superando el récord anterior de asistencia pagada establecido en septiembre de 1954.
Se necesitan batazos de 400 pies para superar el jardín central y de 330 pies por las líneas laterales.
Honestamente, mi primer pensamiento fue: No puedo creer que hayan hecho todo esto para un solo juego. Poder montar todo esto, preparar una superficie de juego, instalar las gradas para tener una buena vista, es increíble.
Matt Olson
