
El mundo del automovilismo deportivo se prepara para un enfrentamiento legal de alto octanaje. Michael Jordan, copropietario de 23XI Racing, se encuentra en el centro de una demanda antimonopolio contra NASCAR, que llegará a los tribunales el lunes. Este caso podría reconfigurar el modelo de negocio de las carreras de autos stock, con consecuencias significativas para el futuro de la competición.
Un Duelo en la Pista Legal
Mientras la mayoría disfrutaba de las festividades, los equipos de NASCAR, 23XI Racing y Front Row Motorsports, junto con sus respectivos equipos legales, ultimaban sus estrategias para el juicio. La demanda, presentada en octubre de 2024, acusa a NASCAR de utilizar prácticas monopolísticas para restringir los ingresos y la independencia de los equipos.
23XI Racing, con cinco años de historia, compite con vehículos Toyota conducidos por Bubba Wallace, Tyler Reddick y Riley Herbst. El equipo es copropiedad de Denny Hamlin y Michael Jordan.
Lo hice también por los equipos más pequeños. No soy solo yo. Creo que todos deberían tener la oportunidad de tener éxito en cualquier negocio. Mi voz dice que eso no ha estado sucediendo.
Michael Jordan
Front Row Motorsports, liderado por Bob Jenkins, ha participado en la Copa desde 2005 y actualmente compite con vehículos Ford, pilotados por Noah Gragson, Todd Gilliland y Zane Smith.
La Esencia de la Disputa
La esencia de la demanda radica en la creencia de 23XI y Front Row de que las prácticas actuales de NASCAR impiden a los equipos alcanzar su máximo potencial. Argumentan que el sistema actual, incluyendo el coche Next Gen y el control de NASCAR sobre los circuitos y los acuerdos contractuales, limita el crecimiento y la expansión.
El corazón de la batalla se centra en el sistema de franquicias de NASCAR, donde los demandantes consideran que la organización no es justa en la distribución de ingresos y en la limitación del potencial de valor. El sistema de franquicias, introducido en 2016, otorga licencias a los equipos, garantizando un lugar en la parrilla y una parte de los premios.
NASCAR defiende el sistema, argumentando que ha aumentado el valor de las licencias y que fue creado a petición de los propios equipos. La disputa se intensificó cuando las negociaciones para extender el acuerdo de licencias de 2016 no lograron asegurar acuerdos permanentes para los equipos.

En el centro de la controversia se encuentra la distribución de ingresos y la falta de acuerdos de licencias permanentes. Los documentos previos al juicio revelaron información financiera clave, mostrando los ingresos y las pérdidas de los equipos. 23XI, por ejemplo, experimentó un aumento en los ingresos, pero también una pérdida en 2024. Front Row ha operado con pérdidas durante varios años.
Los Abogados en la Arena
El caso enfrentará a dos figuras legales destacadas: Jeffrey Kessler, que representa a 23XI y Front Row, y Chris Yates, que defiende a NASCAR. Ambos abogados tienen una amplia experiencia en litigios antimonopolio en el ámbito deportivo.
¿Qué Esperar?
El juicio inicial está programado para durar 21 días, pero se anticipan apelaciones, lo que sugiere una batalla legal prolongada. Se espera que el caso sea altamente polémico, dada la naturaleza cercana de la comunidad NASCAR.
Entre los documentos revelados se encuentran transcripciones de mensajes de texto que han generado controversia. El resultado del juicio podría tener consecuencias significativas. Si 23XI y Front Row ganan y buscan daños monetarios, podrían no recibir licencias. Si NASCAR prevalece, 23XI Racing podría desaparecer.
El sistema de licencias es una parte fundamental del deporte, algo que creamos con y para los equipos. Continuaremos defendiéndolo y preservándolo, pero no se equivoquen, la demanda lo pone en riesgo.
Steve Phelps, Presidente de NASCAR
El resultado del juicio redefinirá el futuro de las carreras de autos stock, ya sea que NASCAR pierda a un equipo clave o se vea obligada a modificar su estructura empresarial de casi 80 años.









