Conor McGregor sufrió un revés legal en su intento por apelar la sentencia de agresión sexual en su contra.
El luchador, de 37 años, fue hallado culpable de agresión sexual en noviembre del año pasado en un caso civil en el Tribunal Superior de Irlanda.
La demanda se originó por la acusación de una mujer que alegó haber sido atacada por McGregor en una habitación de hotel en 2018. El jurado falló a favor de la mujer y ordenó a McGregor pagar 248,000 euros, equivalentes a aproximadamente $257,000.
McGregor presentó una apelación a esa decisión a principios de este año.
El jueves, el Tribunal Superior falló nuevamente en contra de McGregor y desestimó la apelación en todos los puntos, según múltiples informes.
El equipo legal de McGregor presentó varios argumentos, incluyendo un nuevo testimonio del vecino de la mujer, quien describió haberla visto en una altercado físico antes del incidente con McGregor. Sin embargo, el equipo de McGregor retiró ese argumento a principios de este mes.
Según la emisora nacional irlandesa RTÉ, la mujer declaró ante el Tribunal Superior que conoció a McGregor en una fiesta de Navidad en 2018 en Dublín. Lo acusó de obligarla a subir a una cama, estrangularla y hacerla temer por su vida. McGregor, quien tiene cuatro hijos con su pareja de toda la vida, admitió haber tenido relaciones sexuales con la mujer, pero negó que fuera violenta o forzada. No enfrentó ningún proceso penal por el incidente.
McGregor mantuvo su inocencia en una extensa publicación en redes sociales el viernes, calificando el caso como una «extorsión».
McGregor (22-6) no ha competido en artes marciales mixtas desde que sufrió una fractura de pierna en una derrota por TKO ante Dustin Poirier en UFC 264 en julio de 2021. A principios de este mes, dijo que se había sometido a pruebas de drogas como parte del programa de pruebas obligatorio de la UFC, en un paso hacia su regreso a la competición. Ha expresado su interés en hacer una aparición en un evento propuesto de la UFC en la Casa Blanca en 2026.
