La Lucha de Marcus Kowal: Más Allá del Tatami
El silencio precede la acción. Marcus Kowal, con la calma de un guerrero, retrocede sobre el borde del tatami, un ritual en el jiu-jitsu que precede la tormenta. Es un discurso, una declaración de intenciones en la que se juega mucho más que una victoria deportiva.
Kowal, cinturón marrón de 48 años, regresa a la competencia después de seis años. El torneo de jiu-jitsu en Long Beach, California, es una oportunidad para ascender al cinturón negro. Sin embargo, su verdadera batalla se libra fuera del cuadrilátero: cambiar las leyes de conducción bajo los efectos del alcohol en Estados Unidos.
La tensión es palpable. No es el miedo a la derrota, sino el peso de lo que lleva sobre su espalda. Su gi está adornado con recuerdos de Liam, su hijo, arrebatado por un conductor ebrio en 2016. Desde entonces, Kowal y su esposa, Mishel, corrigen a quien se equivoca: «Tenemos cuatro hijos. Con Liam».
El combate comienza. Su oponente, Jeff Mora, también cinturón marrón, acorta la distancia. La lucha es intensa, con agarres y forcejeos. Kowal, con la experiencia de años de combate, busca la posición. La determinación es su arma secreta. De repente, una explosión de energía lo impulsa a la cima.
El cornerman de Kowal, Jair «Sinistro» Lacerda, grita indicaciones. Kowal ve la oportunidad y ejecuta un estrangulamiento. Mora se rinde. La victoria es suya. A pesar del agotamiento, se levanta, recibe su mano en alto. Sus hijos, Luna y Nico, celebran con Mishel, quien graba el momento.

Liam, «Beibisen» para su familia, amaba la vida. Su segundo hogar era el gimnasio de su padre, el Systems Training Center, donde jugaba con sus padres y otros niños. El accidente que le quitó la vida ocurrió cuando solo tenía 15 meses. La conductora fue sentenciada a prisión, pero el dolor de la pérdida impulsó a Kowal a una cruzada.
Estados Unidos tiene leyes permisivas sobre la conducción en estado de ebriedad. Kowal busca cambiar esto, promoviendo la «Ley de Liam», que reduciría el límite de alcohol en sangre a 0.05. Actualmente, la mayoría de los estados tienen un límite de 0.08.
“Esta es una crisis, y está empeorando», afirma Kowal.
Marcus Kowal
Kowal se enfrenta a desafíos políticos. Los conservadores se resisten a aumentar los impuestos y las regulaciones, mientras que los liberales se oponen a una mayor vigilancia policial. A pesar de ello, la «Ley de Liam» ha ganado terreno, con proyectos de ley en varios estados.
El ejemplo de Utah, el primer estado en reducir el límite a 0.05, ofrece esperanza. Kowal se enfoca en esta meta, creyendo que reducir el límite de alcohol en sangre es la clave para disminuir las muertes relacionadas con el alcohol.

Kowal es un hombre de fe, pero su alma es estoica. Celebra preparándose para el próximo combate y honrando la memoria de Liam. Su mensaje es claro: la seguridad vial es una prioridad.
El camino es largo, pero Kowal está decidido. Su dolor es su motor, y la lucha es su forma de sanar. Busca el cambio, paso a paso, estado por estado, con la esperanza de que su ejemplo inspire a otros.
En el torneo de jiu-jitsu, Kowal gana el primer combate. En el segundo, la lucha es intensa, pero al final logra la victoria. Se convierte en medallista de oro en la división Masters. Su familia está presente, compartiendo la alegría y el orgullo.
Al día siguiente, la familia Kowal celebra el que habría sido el décimo cumpleaños de Liam. Es un día de recuerdos y homenaje, con un entrenamiento especial en el gimnasio.

La pérdida de Liam los une. Mishel y Marcus han encontrado diferentes maneras de procesar el dolor. Ella imagina una fundación que brinde apoyo a las familias que han perdido a sus hijos. Marcus, en cambio, busca la acción, el cambio legislativo que honre la memoria de Liam.
En el gimnasio, amigos y familiares se unen al entrenamiento. El ambiente es emotivo. Los niños, Luna y Nico, corren y juegan, recordando a su hermano. Un momento de conexión entre los niños, donde la alegría y el amor se entrelazan.

La lucha de Marcus Kowal es una lucha por la vida, por el recuerdo de su hijo y por un futuro más seguro para todos. Su determinación es un ejemplo de resiliencia y esperanza.




