McIlroy y Europa Celebran la Victoria en la Ryder Cup
En Farmingdale, el golfista Rory McIlroy, tras predecir la victoria en Bethpage Black, fue testigo de cómo el putt de Shane Lowry en el hoyo 18 sellaba el triunfo europeo. La celebración, llena de cánticos y júbilo, comenzó sin él, pero su impacto fue innegable.
Lowry, eufórico, se unió a la multitud europea. Jon Rahm abrazó a José María Olazábal, capitán del equipo ganador en 2012. Luke Donald, el capitán actual, finalmente pudo respirar aliviado.
McIlroy, tras perder su encuentro individual contra Scottie Scheffler, experimentó la tensión de un posible colapso. Estados Unidos, remontando un marcador adverso, complicó el torneo.

Cada punto se volvió crucial. Los aficionados estadounidenses, inicialmente hostiles, cambiaron su actitud. McIlroy, entonces, debió confiar en sus compañeros.
“Fue muy reñido al final. Un poco estresante”, declaró McIlroy.
Rory McIlroy
McIlroy permaneció en el campo, apoyando a Tyrrell Hatton y Robert MacIntyre. La victoria europea, por un ajustado 15-13, confirmó su predicción.
La cohesión del equipo europeo, evidente en sus celebraciones y en su respuesta ante la adversidad, es un factor clave. Su fortaleza reside en el juego en equipo, lo que les permitió obtener una ventaja considerable y contrarrestar la ofensiva estadounidense en los individuales.

Donald destacó la importancia de crear un ambiente propicio para el éxito. El equipo europeo ha logrado un equilibrio entre la preparación tangible y la intangible.
Justin Rose, al ser preguntado sobre su desempeño como el mejor jugador de la Ryder Cup por segunda vez consecutiva, destacó la importancia del equipo.

McIlroy, al final del día, se unió a la celebración, conmovido por el apoyo de los aficionados. Donald y McIlroy, emocionados, compartieron el momento, consolidando una victoria que quedará en la historia del golf.