McIlroy Profético: Europa Conquista la Ryder Cup en Bethpage Black
En Farmingdale, Nueva York, el destino del golf se escribió con letras doradas. Rory McIlroy, dos años antes, había predicho la victoria en Bethpage Black. La profecía de McIlroy se cumplió gracias al putt de Shane Lowry en el hoyo 18.
La celebración, sin embargo, comenzó sin él. Lowry, eufórico, se unió a la multitud europea que lo aclamaba. Jon Rahm abrazó a su compatriota y vicecapitán José María Olazábal, visiblemente emocionado. El capitán europeo, Luke Donald, finalmente pudo respirar aliviado.
McIlroy, tras perder su enfrentamiento individual contra Scottie Scheffler, se mantuvo en el campo, transitando entre los partidos de Tyrrell Hatton y Robert MacIntyre, buscando apoyar a sus compañeros. Incluso tras el putt de Lowry, se mantuvo en el campo hasta el final, sellando la victoria europea por 15-13.
«Es bueno tener razón. No siempre la tengo», comentó McIlroy sobre su predicción. «Creo que cuando ganamos en Roma, se pusieron en marcha las ruedas para intentar hacer algo que no se había hecho en más de una década. Creímos mucho en nuestra continuidad».
McIlroy
Más allá de la continuidad de 11 de los 12 jugadores de Roma, la cohesión del equipo europeo es palpable. Se manifiesta en la forma en que celebran cada victoria, y en cómo se apoyan en la adversidad. La unión se hace evidente en cada abrazo, proyectando una hermandad más allá de la competencia.
El juego por hoyos y el formato de tiros alternos, aunque exigen talento, son vistos por los europeos como una oportunidad para demostrar su unidad. Su fortaleza radica en el juego en equipo, lo que les permitió obtener una ventaja insuperable y resistir la arremetida estadounidense en los individuales del domingo.

Rory McIlroy y algunos de sus compañeros de equipo europeos celebran su victoria por 15-13.
La estrategia europea ha demostrado que la química, la emoción y la precisión tanto dentro como fuera del campo son cruciales para el éxito.
El capitán Donald ha logrado un equilibrio entre la preparación en aspectos tangibles, como la elección de parejas y la comodidad de los jugadores, y la perfección de lo intangible.
Justin Rose, al ser el mejor en los putts por segunda vez consecutiva, atribuyó el éxito al «escudo y los muchachos».

Luke Donald y Rory McIlroy ganaron su segunda Ryder Cup consecutiva.
McIlroy, al final del domingo, subió al hoyo 18 agotado, pero victorioso. Tras soportar los insultos de los fanáticos estadounidenses, fue recibido por los seguidores europeos que coreaban su nombre.
Donald, emocionado, destacó que esta victoria histórica será recordada por las futuras generaciones. McIlroy, con lágrimas en los ojos, escuchaba las palabras de su capitán, sellando así un triunfo memorable en la historia del golf.

El equipo europeo posa con la Ryder Cup después de vencer al equipo de EE. UU. en Bethpage Black.