McIlroy Profético: Europa Conquista la Ryder Cup en Bethpage Black
En Farmingdale, Nueva York, Rory McIlroy, dos años después de predecir la victoria en Bethpage Black, vio cómo su pronóstico se hacía realidad gracias al putt de Shane Lowry en el hoyo 18. La celebración, sin embargo, comenzó sin él.
Lowry, eufórico, se unió a la afición europea que lo vitoreaba. Jon Rahm abrazó a su compatriota José María Olazábal, capitán del último equipo europeo en ganar en campo contrario en 2012, quien no pudo contener las lágrimas. El capitán europeo, Luke Donald, finalmente respiró aliviado.
McIlroy había perdido su enfrentamiento individual contra Scottie Scheffler, lo que por un momento generó la posibilidad de una remontada estadounidense. El equipo de Estados Unidos, tras ir perdiendo 12-5, se acercó peligrosamente, aumentando la tensión en la Ryder Cup.
Rory McIlroy y algunos de sus compañeros europeos celebran la victoria 15-13.
De repente, cada punto importaba. La afición estadounidense se encendió, animando a su equipo y dejando de lado los abucheos a los europeos. McIlroy, por su parte, necesitaba el apoyo de todos menos el suyo.
“Obviamente, estuvo muy reñido al final. Fue un poco estresante”, comentó McIlroy.
Rory McIlroy
McIlroy permaneció en el campo, apoyando a Tyrrell Hatton y Robert MacIntyre. Incluso tras el putt de Lowry que aseguró la copa, se mantuvo presente hasta el último partido, que definió la victoria europea por un ajustado 15-13.
“Es bueno tener razón. No siempre la tengo”, dijo McIlroy sobre su predicción. “Creo que cuando ganamos en Roma, se pusieron en marcha los mecanismos para intentar hacer algo que no se había hecho en más de una década. Creímos mucho en nuestra continuidad”.
Rory McIlroy
Más allá de la continuidad de 11 de los 12 jugadores de Roma, la cohesión del equipo europeo es evidente. Se manifiesta en la forma en que celebran cada hoyo o partido ganado, así como en su respuesta ante la adversidad. La unidad es palpable, reflejando una hermandad que va más allá de lo profesional.
El juego por equipos es, sin duda, su fortaleza, lo que les permitió tomar una ventaja insuperable y frenar la reacción estadounidense, ganando o empatando 11 de los 12 partidos individuales del domingo.
En los últimos 12 años, Estados Unidos ha tenido la ventaja en talento. Pero incluso en las derrotas, los europeos encontraron motivos de alegría, en parte por su visión de esta semana.
“Las semanas de la Ryder Cup son las mejores de nuestras vidas”, declaró Donald. “Esas semanas que pasamos juntos son las que más recordamos y atesoramos, por el tiempo que pasamos juntos. Esa es una gran parte de mi capitanía: crear un entorno donde estos chicos tengan las mejores semanas de sus vidas, honestamente”.
Luke Donald
Es fácil atribuir el impresionante desempeño europeo a factores fuera del control estadounidense.
“Hicieron más putts”, comentó Keegan Bradley repetidamente.
Keegan Bradley
“La suerte estuvo de su lado”, dijo Bryson DeChambeau el viernes.
Bryson DeChambeau
Pero Europa ha demostrado que es más que eso, que se necesita química tanto como datos, emoción tanto como talento y precisión tanto dentro como fuera del campo.
“El nivel de profesionalismo que nos ha mostrado en los últimos cuatro años… Su atención al detalle”, dijo Jon Rahm sobre Donald.
Jon Rahm
“Sus habilidades de comunicación…», añadió McIlroy.
El domingo, con la copa ya en sus manos, Donald reveló parte de ese enfoque. Los uniformes europeos se diseñaron inspirados en los equipos ganadores en campo contrario, pero ahí es donde comienza todo.
Donald mencionó que la habitación del hotel tenía grietas en las puertas que dejaban pasar la luz, por lo que las arreglaron. Cambiaron la ropa de cama para mayor comodidad y el champú por uno de mejor calidad.
“Se trata de tomarse el tiempo y tener el cuidado de querer dar a estos chicos la mejor oportunidad posible”, explicó Donald. “Quieres crear un entorno donde puedan tener éxito”.
Luke Donald
Quizás la mayor hazaña de este equipo europeo es, bajo Donald, haber dominado el equilibrio entre la preparación para lo tangible (alineaciones, sábanas, zonas horarias, habilidades requeridas) y la perfección de lo intangible.
“Siento que el poder de esto, el poder del grupo, esa capacidad de concentrarse, de querer un poco más”, dijo Justin Rose, al ser preguntado sobre ser el mejor putter de la Ryder Cup por segunda vez consecutiva. “La respuesta a tu pregunta es, no lo sé, aparte de la insignia y los chicos, honestamente. Eso es lo único que importa, la insignia y los chicos”.
Justin Rose
El equipo europeo posa con la Ryder Cup tras vencer al equipo de Estados Unidos en Bethpage Black.
Al final de la tarde del domingo, McIlroy, exhausto, subió al hoyo 18, rojo y sin aliento. Durante tres días, se enfrentó a la presión de Long Island, soportando los insultos de la afición estadounidense, y emergió victorioso, listo para ser celebrado por los seguidores europeos que coreaban su nombre.
“¡Rooooory! ¡Rooooory!”
En 2012, en Medinah, con 21 años y en su segunda Ryder Cup, ahora, con 36 años, McIlroy, campeón de Grand Slam, fue el centro de otra victoria en campo contrario, un perfecto cierre.
“Siempre recordaremos esto. Siempre pasará a la historia», dijo Donald. «Las generaciones futuras hablarán de este equipo y de lo que lograron, superando uno de los entornos más difíciles del deporte, y eso es lo que me inspira, lo que Rory y los otros 11 muchachos entienden».
Luke Donald
Mientras Donald terminaba su respuesta, McIlroy, sentado a su lado, se secaba las lágrimas.
