ERIN, Wis. – Amari Avery vivió un fin de semana lleno de emociones en el U.S. Women’s Open, demostrando su resiliencia y habilidad en medio de circunstancias inesperadas. A pesar de tener que usar los palos de una amiga para una de las rondas más importantes de su vida, logró pasar el corte.
El fin de semana de Avery comenzó con un incidente inusual. Alrededor de las 2 de la madrugada, su familia tuvo que alertar a la policía sobre una persona sospechosa en el lugar donde se hospedaban en Milwaukee.
Decir que fue salvaje es decirlo suavemente.
Amari Avery
El susto no terminó ahí. Avery y su novio, Gavin Aurilia, se enfrentaron a otro desafío cuando, por error, Aurilia se llevó los palos de Avery en lugar de los suyos. Ambos jugadores de golf, que estudiaron en la Universidad del Sur de California, se percataron del error poco antes de su tiempo de juego.
La situación parecía crítica. Avery contempló retirarse del torneo después de una ronda sólida. Sin embargo, la ayuda llegó de una compañera de equipo de la USC, Gabi Ruffels, quien, al no haber pasado el corte, le prestó sus palos.
Me senté en mi hotel a las 12:30 y pensé: ‘Supongo que voy a retirarme del U.S. Open después de una ronda bastante sólida’. Obviamente, estaba devastada.
Amari Avery
Con los palos prestados, Avery logró una ronda de 73, lo que le permitió clasificar para el corte. La jugadora tuvo que terminar la ronda del viernes por la mañana con el equipo prestado debido a las reglas de la Asociación de Golf de los Estados Unidos, a pesar de que sus propios palos ya habían sido devueltos.
La solución llegó gracias a la madre de Aurilia, quien voló desde Phoenix para entregarle los palos a su hija.
No puedo agradecerle lo suficiente. No puedo agradecer a todo mi círculo íntimo lo suficiente. Subirse a un vuelo así es una locura, y estoy muy agradecida.
Amari Avery
Avery incluso logró un mejor resultado con los palos prestados en la segunda ronda que con los suyos en la tercera. A pesar de las condiciones de juego más difíciles, logró un 76, y estuvo cerca de hacer un hoyo en uno en el hoyo 6, un par 3 de 189 yardas.
Después de la experiencia, Avery bromeó sobre la posibilidad de quedarse con el putter de su amiga. Aunque finalmente recuperó sus propios palos, reconoció el buen desempeño que tuvo con los prestados.
