El Descenso Anímico de Lewis Hamilton en Ferrari: ¿Fin de una Era?
La llegada de Lewis Hamilton a Ferrari generó una expectación sin precedentes. El campeón mundial, con un nuevo uniforme rojo y flanqueado por su compañero Charles Leclerc y el jefe del equipo, Frédéric Vasseur, irradiaba optimismo. Sin embargo, la euforia inicial ha dado paso a la decepción, dejando entrever un posible punto de inflexión en la carrera del piloto británico.
La presentación de Ferrari en febrero fue el evento más destacado de la temporada. Hamilton, motivado por su cambio de Mercedes, prometía una nueva etapa para el equipo italiano, que no ha ganado un título desde 2008. El piloto de 40 años se mostraba «revitalizado» por el desafío, pero la realidad ha superado cualquier expectativa.
McLaren, que estuvo cerca de superar a Ferrari en el campeonato de constructores el año pasado, ha dominado la temporada. La victoria de Hamilton en el sprint de China y algunos podios de Leclerc son los únicos logros de Ferrari en 2025 antes del parón de verano. Mercedes y Red Bull, que están por detrás de Ferrari en la clasificación, al menos pueden presumir de victorias en Grandes Premios este año.
Lo más preocupante es que la energía de Hamilton parece haber dado paso a la frustración. Tras 14 carreras, la moral del que es considerado el mejor piloto de la historia parece quebrantada. Sus comentarios en Budapest, donde se calificó de «absolutamente inútil», podrían definir esta etapa.
El sábado, Hamilton, tras ser eliminado en la Q1, insinuó que «probablemente necesiten cambiar de pilotos». Unas declaraciones sorprendentes para un piloto con un contrato de 60 millones de libras al año. Tras terminar en la duodécima posición, su estado de ánimo no mejoró, mencionando «muchas cosas en segundo plano… que no son buenas». Ante la pregunta sobre el Gran Premio de Holanda, respondió: «Espero volver, sí». La carrera de casa de Ferrari, el Gran Premio de Italia en Monza, se celebrará una semana después.
Resulta asombroso ver lo rápido que han cambiado las cosas. Hamilton, aunque asegura que su enfoque está en el cambio de reglas de 2026, no habla ni conduce como alguien capaz de afrontar ese desafío.
La situación no fue mucho mejor para Leclerc. A pesar de la excelente pole position, la carrera se desarrolló de forma dolorosamente familiar para los seguidores de Ferrari. Leclerc, tras liderar las primeras etapas, vio cómo el rendimiento de su coche caía en picado y finalizó cuarto. Sus mensajes por radio, criticando al equipo, recordaron a actuaciones anteriores. Después de la carrera, Leclerc restó importancia a sus críticas, atribuyendo los problemas a un problema con el chasis.
A pesar de la capacidad de Leclerc para destacar, la situación de Hamilton es distinta. En el Gran Premio de Hungría, no hubo aspectos positivos para el piloto del número 44.
Los comentarios de Hamilton han sido alarmantes. Parecen pronunciados por alguien que está considerando tirar la toalla. En una entrevista, parecía tener dificultades para hablar sin emocionarse.

Lewis Hamilton, tras el Gran Premio de Hungría, parecía un hombre derrotado, finalizando en una decepcionante 12ª posición.
La montaña rusa emocional de Hamilton es bien conocida. Toto Wolff, jefe de Mercedes, reconoció la transparencia emocional del piloto. Una semana antes del Gran Premio de Bélgica, Hamilton se mostraba confiado, incluso compartiendo documentos con el equipo sobre las áreas de mejora.
Sin embargo, tras esa revelación, vinieron dos de los peores fines de semana de Hamilton en Ferrari. Quizás, como Alonso y Vettel, Hamilton no logre el éxito esperado. El propio Hamilton admitió haber perdido su «magia en una vuelta».
El equipo Ferrari no ha mostrado preocupación por la caída de rendimiento de Hamilton. Vasseur ha restado importancia a la situación, afirmando que Hamilton está frustrado, pero no desmotivado. Sin embargo, la estrategia de carrera de Ferrari ha sido objeto de críticas, y la relación con su ingeniero de carrera, Riccardo Adami, no parece fluir.
Los problemas podrían ir más allá de Budapest. El momento del cambio de equipo de Hamilton podría ser un factor. La adaptación a un nuevo coche en el último año de un ciclo de regulación ha sido difícil para otros pilotos, como Carlos Sainz. Hamilton ha destacado las diferencias entre Ferrari y Mercedes, pero su legado le exige resultados. Quizás, la visita de Hamilton a Mercedes antes del Gran Premio de Budapest, y sus comentarios tras la Q1, reflejen la búsqueda de la familiaridad de sus días de éxito.
En febrero, la atmósfera era de optimismo, pero ahora es de incertidumbre. Hamilton aún tiene tiempo para cambiar las cosas. La pregunta ahora no es si Ferrari puede darle un coche ganador, sino si él cree que puede ganar con él.