La rivalidad entre India y Australia, una vez conocida por sus momentos de alta tensión y confrontaciones, ha experimentado una notable transformación en los últimos años. Desde las provocaciones en el campo hasta los enfrentamientos, la intensidad era palpable. Sin embargo, algo cambió.
La serie de 2018-19, que prometía ser una de las más polémicas, marcó un punto de inflexión. El escándalo de manipulación de balón en Ciudad del Cabo precedió un cambio en la dinámica. La serie posterior se caracterizó por un intercambio de bromas, en lugar de la hostilidad habitual.
El capitán de India, Virat Kohli, pidió a los aficionados que dejaran de abuchear a Steven Smith, mostrando un respeto renovado. Esta evolución ha llevado a reflexionar sobre si esta nueva cordialidad podría afectar la intensidad de los partidos.
En vísperas del primer Test en Adelaida, Kohli atribuyó este cambio a varios factores. El juego conjunto en la IPL, la madurez de los jugadores y un cambio en la mentalidad australiana han contribuido a una relación más respetuosa.
Este año ha hecho que la gente se dé cuenta de que muchas cosas podrían no haber sido necesarias en el pasado, donde guardas rencor y tienes tensiones innecesarias entre equipos e individuos, lo cual es absolutamente inútil.
Virat Kohli
La actitud de Australia ha evolucionado, buscando un equilibrio entre la competitividad y el comportamiento ejemplar. Kohli reconoció el cambio, destacando la importancia de la calidad del cricket y el respeto entre los equipos.
La intensidad en el campo se mantendrá, pero se espera que la hostilidad personal disminuya. Los jugadores, más maduros y con carreras más largas, buscan tomar decisiones más inteligentes, priorizando la calidad del juego.
Kohli enfatizó que el objetivo es mantener la dignidad del deporte, pero también competir al más alto nivel. El respeto mutuo y la apreciación por el esfuerzo de los jugadores son claves. La competencia seguirá siendo intensa, pero sin llegar a lo personal.
En resumen, la rivalidad entre India y Australia sigue siendo feroz, pero con un enfoque más maduro y respetuoso, donde la calidad del cricket y el reconocimiento mutuo prevalecen.
