El Legado Inolvidable de Ricky Hatton
El mundo del boxeo lamenta la partida de Ricky Hatton, un púgil que trascendió el deporte y se convirtió en un ícono para sus seguidores. A los 46 años, su legado perdura, marcado por victorias épicas y una conexión única con los fanáticos.
Una de las historias más conmovedoras que definen a Hatton se remonta a 2001, antes de coronarse campeón mundial. En aquel entonces, invitó a James Bowes, un niño de 11 años con hidrocefalia, a acompañarlo al ring. Bowes, quien llevaba los cinturones de Hatton, se convirtió en un símbolo de inspiración y un compañero en los momentos más importantes de su carrera.
“Él solía venir al gimnasio en Hyde. Tenía cicatrices y vendajes en la cabeza, y me preguntaba quién era. Un día le pregunté a su madre, que lamentablemente ya no está con nosotros, lo que hace que todo sea aún más trágico. Me dijo que tenía un trastorno cerebral y que veía todas mis peleas. Significa mucho para él liderarme al ring. Comenzó a llorar cuando llevó mi título británico al ring por primera vez y vi la emoción que le dio”, dijo Hatton.
Ricky Hatton
La segunda historia destacada ocurrió en 2008, cuando Hatton usó un traje de gordo antes de su pelea contra Paulie Malignaggi. Este gesto, lleno de humor autocrítico, contrastaba con la arrogancia y el «trash talk» habitual en el boxeo, demostrando su cercanía con el público.
Hatton (45-3, 32 KOs) conquistó títulos mundiales en las categorías superligero y welter, pero su mayor logro fue la conexión con sus seguidores. Su estilo de pelea, lleno de acción y golpes contundentes, junto con su personalidad cercana, lo convirtieron en un ídolo para miles de fanáticos.

En su pelea contra Floyd Mayweather Jr. en 2007, casi 20,000 fanáticos viajaron desde el Reino Unido a Las Vegas para apoyarlo. «Sentían que estaban animando a su amigo», dijo Hatton, reflejando la identificación que sentían sus seguidores.
A pesar de enfrentar a los mejores de su generación, como Mayweather y Manny Pacquiao, y sufrir dolorosas derrotas, Hatton siempre fue recordado por su valentía y espíritu de lucha.
Su victoria sobre Kostya Tszyu en 2005 en Manchester es considerada una de las más importantes de su carrera. «Creo que esa es mi mayor victoria, mirando hacia atrás, y me abrió la puerta para pelear en los Estados Unidos», afirmó Hatton.

Después de su derrota ante Pacquiao en 2009, Hatton se retiró temporalmente, luchando contra la depresión y la adicción. «Manny Pacquiao y Floyd Mayweather fueron momentos destacados, a pesar de que no me fue bien, pero eran los mejores en ese momento», dijo Hatton en 2024. «Luché con esas derrotas después, pero ahora estoy en un lugar feliz y estoy feliz de hablar de ellas ahora.»
Hatton regresó al boxeo en 2012, pero una derrota por nocaut ante Vyacheslav Senchenko marcó el final de su carrera. En julio, se informó que Hatton planeaba terminar su retiro de 13 años para enfrentarse a Eisa Al Dah (8-3, 4 KOs) en una pelea de peso mediano el 2 de diciembre en Dubái.

Como muchos ex campeones, Hatton enfrentó desafíos fuera del ring. A pesar de su fachada alegre, luchó contra la depresión. Su mayor logro fue su conexión con los fanáticos, quienes lo consideraban uno de ellos.