Keegan Bradley, tras su experiencia como capitán de la Ryder Cup, compartió sus reflexiones sobre el torneo, destacando la intensidad emocional y los desafíos que enfrentó durante el evento.
El peso de la Ryder Cup
Bradley, quien aceptó el cargo de capitán con plena conciencia de las altas expectativas, expresó la dualidad de la victoria y la derrota. «Ganas, es gloria para toda la vida. Pierdes, y es algo con lo que tendrás que vivir el resto de tu vida», comentó, reflejando la profunda resonancia del torneo en su trayectoria.
Pones tanto en esto, y tienes toda esta planificación, y los dos primeros días fueron tan malos como podríamos haber imaginado. Fue bastante emotivo. Fue triste, para ser honesto.
Keegan Bradley
El equipo estadounidense, a pesar de ser el favorito, se encontró en una situación desfavorable desde el principio, lo que generó un impacto emocional significativo en Bradley.

La imagen muestra a Keegan Bradley.
Bradley reconoció haber asumido la responsabilidad por ciertas decisiones, incluyendo la configuración del campo, que, combinada con la lluvia, facilitó el juego para los oponentes. También mencionó la dificultad de las decisiones sobre las parejas y la posibilidad de haberse incluido a sí mismo en el equipo.
A pesar de la derrota, Bradley destacó el apoyo recibido por los aficionados estadounidenses a lo largo del año. «No esperaba el apoyo. En la historia del golf… no sé si alguno de ellos llegó a experimentar lo que yo experimenté este año», afirmó, refiriéndose a figuras legendarias del golf.
Bradley también compartió su experiencia única de combinar el rol de capitán de la Ryder Cup con su desempeño como jugador de alto nivel. «Pude experimentar algo en el golf que creo que nadie ha experimentado: ser capitán de la Ryder Cup y también competir a un nivel muy alto, ganando torneos», concluyó, resaltando la singularidad de su experiencia.