La Copa Mundial de Rugby Femenino 2025 ha llegado a su fin.
Inglaterra, cumpliendo con las expectativas, se alzó con su tercer título en Twickenham frente a casi 82,000 aficionados, un récord para un partido femenino de rugby 15. Fue un día memorable tanto dentro como fuera del campo.
Canadá, que en parte financió su participación en el torneo a través de crowdfunding, logró un hito al llegar a la final.
¿Qué le depara el futuro al rugby femenino?
Ahora que el torneo ha concluido, es momento de analizar el futuro del rugby femenino y el camino a seguir para las triunfantes Red Roses.
- Inglaterra domina la escena, consolidando su posición en la élite del deporte.
- La jugadora inglesa Meg Jones inspira a una nueva generación, superando obstáculos personales.
- John Mitchell, entrenador, considera la posibilidad de dirigir a las British and Irish Lions femeninas.
¿Es Inglaterra la fuerza dominante en el deporte?
Inglaterra ha demostrado una supremacía notable. Su rendimiento actual la sitúa entre las mejores de la historia, comparable a equipos como los Springboks y los All Blacks en sus épocas doradas. Las Black Ferns, con seis títulos mundiales, también son un referente. Sin embargo, la diferencia entre las Red Roses y sus competidoras es significativa, lo que las convierte en la fuerza más dominante en este momento.
Las rivales aún están en desarrollo, con algunas jugadoras en estatus amateur o semiprofesional. Las Red Roses deben concentrarse en sus logros y mantener su nivel.
La forma en que manejaron la presión este año fue notable.
¿Qué recordaremos de este torneo?
La atmósfera creada por los aficionados fue inolvidable. El ruido y el apoyo en cada estadio, especialmente en el partido inaugural en Sunderland, fueron momentos destacados. La superación de los fantasmas de 2022 por parte de Inglaterra también fue un momento cumbre.
Las historias inspiradoras de Samoa, con jugadoras y personal dedicando tiempo de sus trabajos para representar a su país, a pesar de los resultados adversos, son otro recuerdo imborrable. Su alegría y participación, animando a la afición rival, fueron excepcionales.
El empate 31-31 entre Australia y Estados Unidos fue un partido emocionante, con ambos equipos luchando por un lugar en la final. La rivalidad y el ambiente generado por los aficionados agregaron emoción al torneo.
¿Cuál es el futuro del rugby femenino?
El torneo ha demostrado el potencial del deporte y lo que se puede lograr cuando un país lo toma en serio. Se necesita una inversión generalizada para elevar el nivel de todas las selecciones. Inglaterra, con mayor financiación, ha demostrado lo que se puede lograr. Otras selecciones necesitan ponerse al día.
Esto requiere apoyo comercial, más partidos competitivos y una inversión desde las bases. La PWR es la mejor competición del mundo, pero no es suficiente. Se espera que la gira de los British & Irish Lions mantenga el interés de los aficionados casuales.

Es fundamental aprender del fútbol femenino y mantener el interés. Los aficionados deben demostrar su apoyo, y los organismos deben facilitar el acceso a los partidos. Las uniones deben invertir en programas femeninos o corren el riesgo de quedarse atrás.
Este momento es crucial para el deporte, pero necesita continuidad. Las naciones como Nueva Zelanda y Australia, con infraestructuras establecidas, podrían ver aumentar la diferencia con Inglaterra si no invierten en sus programas nacionales y competiciones.
¿Qué esperar en 2029?
Es probable que las Red Roses vuelvan a ser las favoritas. Con una plantilla joven y la infraestructura adecuada, tienen posibilidades de repetir el éxito. Se espera que otras naciones mejoren. Canadá, a pesar de su presupuesto limitado, ha tenido un desempeño notable. Las Black Ferns también podrían mejorar.

Australia buscará destacar como anfitriona, y Francia y otras selecciones seguirán compitiendo. Se espera que el Mundial sea aún más grande en Australia y que el interés siga creciendo en los próximos cuatro años. Por ahora, las Red Roses son las favoritas.
El éxito del torneo de 2025 se debió en gran medida al triunfo de Inglaterra. La presión ahora recae en Rugby Australia para que su participación sea significativa dentro y fuera del campo en cuatro años. Necesitan el apoyo del público australiano, lo cual se logra a través de las victorias. También necesitan celebrar la mayor cantidad posible de partidos en casa y construir su base de aficionados. No se descarta que busquen revalidar el título.