El ganador de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional podría definir el rumbo de la Major League Baseball (MLB) en 2027. Aunque parezca exagerado, la realidad es que el enfrentamiento entre los Milwaukee Brewers y los Los Angeles Dodgers, que inicia el lunes, es mucho más que una serie de béisbol al mejor de siete partidos.
Este duelo se perfila como un reflejo de la inminente batalla laboral entre la MLB y la Asociación de Jugadores de la MLB (MLBPA).
Los dueños de equipos buscan un tope salarial. Si los Dodgers, con una nómina récord de más de $500 millones, logran ganar dos Series Mundiales consecutivas, la liga se sentirá más impulsada a regular los salarios. Por otro lado, si los Brewers, con una nómina consistentemente baja, triunfan, demostrarían que el éxito puede cultivarse incluso en los mercados más pequeños, y que los fracasos de otros equipos con bajos ingresos no se deben tanto al gasto sino a la ejecución.
La verdad, por supuesto, reside en un punto intermedio. Sin embargo, las dos partes han definido sus posiciones para lo que se espera sea una dura negociación que determinará el futuro económico del deporte. Por eso, el equipo victorioso probablemente será utilizado como arma arrojadiza cuando comiencen las negociaciones formales la próxima primavera para la próxima versión del acuerdo de negociación colectiva, que expira el 1 de diciembre de 2026.
Si los Dodgers ganan, los dueños de la MLB, que ya han expresado públicamente y en privado su preocupación por el gasto de Los Ángeles, probablemente alzarán la voz aún más. Se espera que la MLB bloquee a los jugadores tras la expiración del acuerdo. Los campeonatos consecutivos de los Dodgers podrían envalentonar a la MLB y añadir a un coro de fanáticos que ven el tope salarial como una panacea para los equipos con grandes presupuestos que monopolizan los campeonatos en la última década.
Un escenario así no asustaría al sindicato de su postura anti-tope, que lleva medio siglo. La MLBPA no tiene intención de negociar si el tope salarial sigue sobre la mesa, y considerando que la MLB estuvo a punto de perder partidos en 2022 por una negociación que no incluía un tope, los jugadores ya han hablado entre ellos sobre cómo capear la pérdida de tiempo en 2027. Ciertamente, la victoria de los Brewers no garantizaría evitar eso, pero si en cualquier argumento sobre la necesidad de un tope, el sindicato puede contrarrestar que los Dodgers perdieron contra un equipo autoproclamado «Average Joes» con una nómina de una cuarta parte del tamaño, eso refuerza la idea de que el ingenio en la construcción de equipos puede existir independientemente del poder financiero.
Los Brewers se han unido a los Tampa Bay Rays y a los Cleveland Guardians como vanguardias del éxito con bajos ingresos en esta década. En los últimos ocho años, Milwaukee ha ganado cinco títulos de la División Central de la Liga Nacional y ha llegado a playoffs siete veces. Con un récord de 97-65 este año, los Brewers tuvieron el mejor registro en el béisbol. Y lo hicieron con una mezcla única de jugadores.
De los 26 jugadores en el roster de Milwaukee para la NLCS, 15 llegaron a través de intercambios, según ESPN Research, incluyendo a la mayoría de sus mejores jugadores (Christian Yelich, William Contreras, Freddy Peralta y Trevor Megill, el cerrador durante la mayor parte de la temporada). Los Brewers seleccionaron a cuatro jugadores (Brice Turang, Jacob Misiorowski, Sal Frelick y Aaron Ashby, todos contribuyentes importantes), firmaron a tres como agentes libres de ligas menores, incorporaron a dos a través de la agencia libre internacional amateur (su mejor jugador, Jackson Chourio, y el cerrador Abner Uribe) y consiguieron a uno en la porción de ligas menores del draft de la Regla 5 de la temporada baja.
Eso deja a un agente libre de la liga mayor. Uno. Y fue el zurdo Jose Quintana, quien firmó un contrato de un año y $4 millones en marzo.
Piénselo: La MLBPA, que ha luchado por la agencia libre desde su inicio, estaría aclamando a un equipo que no gasta en agentes libres. Extraños compañeros de cama, sí, pero eso fortalece la posición del sindicato: Si el sistema actual es irreparable por el dinero, ¿cómo un equipo que no gasta ganó un campeonato?
Los Dodgers, por otro lado, no dependen tanto de los agentes libres como se podría suponer. También han adquirido la mayor cantidad de jugadores a través de intercambios, aunque solo son nueve, y varios de ellos, desde Mookie Betts hasta Tyler Glasnow, Tommy Edman y Alex Vesia, juegan un papel importante en el equipo. Los Ángeles firmó a cinco agentes libres de la liga mayor (incluyendo a Shohei Ohtani, Freddie Freeman y Blake Snell), además de dos agentes libres internacionales profesionales (Yoshinobu Yamamoto y Hyeseong Kim), dos agentes libres internacionales amateur (Roki Sasaki y Andy Pages) y dos agentes libres de ligas menores (Max Muncy y Justin Dean). Seleccionaron a cinco de sus jugadores, uno más que los Brewers, cuyo sistema de desarrollo es considerado uno de los mejores del béisbol, y completaron su roster con Jack Dreyer, un agente libre no reclutado.
Dreyer destaca lo que los Dodgers y los Brewers hacen excepcionalmente bien: extraer talento de los jugadores a través de sistemas que valoran una combinación de exploración, análisis y entrenamiento superior. No importa si gastas quinientos millones de dólares o los aproximadamente $115 millones que actualmente están en los libros de los Brewers. Si puedes convertirte en una organización que obtenga lo mejor de los jugadores, la victoria seguirá.
Quizás, si no estuvieran tan permanentemente estacionados en extremos opuestos del continuo, la liga y el sindicato podrían acordar que argumentar en torno a una serie de playoffs es una locura. Ambas partes deberían entender que, en el gran esquema, una serie de siete juegos dice muy poco, particularmente cuando se trata del complicado sistema económico de 30 corporaciones multimillonarias que compiten en el mismo espacio.
Pero esta batalla es tanto sobre la narrativa como sobre la realidad, y si la MLB va a presionar por un tope salarial, necesita tanta evidencia como sea posible, y que los Dodgers se conviertan en el primer equipo en un cuarto de siglo en ganar dos Series Mundiales consecutivas proporcionaría otra pepita además de las cantidades que la liga ya cita. El último equipo en hacerlo fueron los New York Yankees, y el impuesto de equilibrio competitivo, el proto-tope que actualmente penaliza a los equipos con altos gastos, entró en existencia específicamente para controlar lo que otros dueños creían que era el gasto descontrolado de los Yankees.
Los Dodgers son los nuevos Yankees, con más dinero y dispuestos a gastar más que nadie. Han ganado la División Oeste de la Liga Nacional 12 de los últimos 13 años y han ganado campeonatos en 2020 y 2024. Y a pesar de su aparente inevitabilidad, el béisbol no está sufriendo en la mayoría de las áreas importantes para la liga. Las audiencias de televisión han aumentado. La asistencia ha aumentado. La implementación del reloj de lanzamiento antes de la temporada 2024 modernizó el juego y ahora es casi universalmente amado. La adición de un sistema automatizado de desafíos de bola-strike el próximo año solo se sumará al atractivo del juego.
Esta NLCS es béisbol en su mejor momento: una máquina bien engrasada de superestrellas, alcanzando su punto máximo en el momento adecuado, buscando convertirse en los primeros campeones consecutivos del béisbol desde el 2000, contra un equipo que juega una deliciosa marca de béisbol, es muy simpático y siempre parece tener éxito, también. Los Brewers aún no han ganado un campeonato, no solo en esta reciente racha de excelencia, sino en sus 57 años de historia, y descarrilar a los Dodgers en el camino para hacerlo haría que la historia del triunfo fuera mucho mayor.
Y, sí, a pesar del mayor total de victorias, los Brewers entran en esta serie como el desamparado, y es una designación justa. Incluso si barrieron a los Dodgers en los seis juegos que jugaron en julio. Incluso si su bullpen está lleno de ferocidad de bola de fuego. Incluso si han conectado tantos jonrones esta postemporada como Los Ángeles, a pesar de que los Dodgers conectaron 78 más durante la temporada regular.
Habrá mucho gran béisbol jugado en Milwaukee y Los Ángeles durante la próxima semana y pico, con las tazas de los fanáticos rebosantes de los tipos de enfrentamientos que hacen de octubre el mes más especial del año. Ohtani, Betts y Freeman tratando de alcanzar la velocidad de la recta de Misiorowski y leer su slider. Chourio, Contreras y Turang tratando de resolver a Snell, Yamamoto, Glasnow y Ohtani. El aterrador bullpen de los Brewers, con cinco relevistas lanzando a más de 97 mph, contra el equipo que bateó rectas de alto octanaje mejor que nadie este año. Los Dodgers tratando de averiguar si pueden confiar en algún relevista que no sea Sasaki, y los Brewers, que fueron el quinto equipo más difícil de ponchar esta temporada, tratando de llegar al bullpen de Los Ángeles con una andanada de bolas en juego.
Si bien el béisbol en sí mismo será indiscutible, esta NLCS es más grande que el juego. Sus tentáculos llegarán al futuro, con un lugar involuntario pero innegable en algo mucho más trascendental. Es solo una serie, sí. Pero es mucho más.
