La Desmoralización de Hamilton: ¿El Fin de una Era en Ferrari?
La llegada de Lewis Hamilton a Ferrari generó una expectación sin precedentes. La presentación del siete veces campeón mundial de Fórmula 1, flanqueado por su nuevo compañero Charles Leclerc y el jefe del equipo, Frédéric Vasseur, en el O2 Arena de Londres, prometía el inicio de una nueva era dorada. Sin embargo, la euforia inicial se ha desvanecido, dejando paso a la incertidumbre y la desilusión.
El fichaje de Hamilton, proveniente de Mercedes, se anunciaba como la pieza faltante para que Ferrari volviera a la cima. La temporada 2025, con el mayor nombre del deporte uniéndose al equipo más emblemático, parecía destinada a romper la sequía de títulos que se extendía desde 2008. El propio Hamilton se mostraba «revitalizado» por el desafío.
Pero la realidad ha sido diferente. McLaren, que Ferrari casi superó en el campeonato de constructores el año anterior, se ha mostrado dominante. La victoria de Hamilton en la carrera sprint de China en abril y algunos podios de Leclerc son los únicos logros del equipo italiano en lo que va de 2025, antes del parón de verano. Tanto Mercedes como Red Bull, que están por detrás de Ferrari en la clasificación, al menos pueden presumir de victorias en Grandes Premios este año.
Lo más preocupante es que la «invigoración» de Hamilton parece haber dado paso a la rendición. Sus declaraciones en Budapest, donde se calificó de «absolutamente inútil», podrían ser recordadas como el punto de inflexión de este costoso fichaje. El sábado, tras ser eliminado en la Q1, llegó a sugerir que el equipo «probablemente necesite cambiar de pilotos».
Esta actitud contrasta con la de Leclerc, quien, a pesar de su excepcional vuelta de clasificación, ha sufrido una carrera llena de problemas. Sus mensajes por radio, quejándose de la estrategia del equipo, recordaron a los aficionados la frustración de temporadas pasadas. Aunque Leclerc intenta minimizar las críticas, la dinámica de criticar y retractarse se ha vuelto repetitiva.
A pesar de todo, Ferrari puede encontrar consuelo en la habilidad de Leclerc para sacar lo mejor de situaciones adversas. Sin embargo, lo mismo no puede decirse de Hamilton. El Gran Premio de Hungría fue un fin de semana sin aspectos positivos para el piloto del número 44.

Lewis Hamilton parecía un hombre derrotado tras el Gran Premio de Hungría, donde finalizó en un decepcionante 12º puesto.
La transparencia emocional de Hamilton, característica que lo ha hecho tan cautivador a lo largo de su carrera, ha vuelto a manifestarse. Toto Wolff, jefe de Mercedes, reconoció esta faceta, atribuyéndola a la naturaleza «cruda» de Hamilton, quien se exige mucho a sí mismo.
Sin embargo, esta transparencia contrasta con su actitud previa, cuando se mostraba confiado y decidido a no repetir el destino de otros pilotos de Ferrari. Es innegable que su rendimiento no ha estado a la altura de las expectativas.
Vasseur ha restado importancia a la situación, argumentando que Hamilton está frustrado, pero no desmotivado. No obstante, las dificultades de Hamilton parecen ir más allá de la estrategia de carrera. El momento de su cambio de equipo podría ser un factor, dado que los pilotos han tenido dificultades para adaptarse a sus nuevos coches en el último año del ciclo de regulaciones.
Hamilton ha destacado las diferencias entre Ferrari y Mercedes. Aunque los resultados son decepcionantes, el legado de Hamilton le exige más. Quizás la visita que realizó a Mercedes antes del Gran Premio de Hungría, en un momento de baja confianza, buscaba la familiaridad de sus días de éxito. La duda es si aún cree que puede ganar con Ferrari. De ser así, podría ser el mayor problema de todos.