El Manchester United y la búsqueda de fichajes: La estrategia de las cláusulas de rescisión
En el mundo del fútbol, la estrategia en el mercado de fichajes es crucial. Ed Woodward, en su época como vicepresidente ejecutivo del Manchester United, favorecía a los jugadores con cláusulas de rescisión. Esta táctica, que simplificaba el proceso de contratación, fue clave en el interés por Antoine Griezmann en 2017.
La cláusula de Griezmann, fijada en 100 millones de euros, permitía a ambas partes tener claridad en la negociación. Sin embargo, el fichaje no se concretó debido a la prioridad de José Mourinho por otras áreas del equipo. A pesar de ello, la posibilidad de fichar al delantero francés permaneció abierta hasta el final del mercado, gracias a la facilidad que representaba la cláusula para Woodward: pagar y obtener al jugador.
Ahora, bajo una nueva dirección, el Manchester United ha recurrido a esta misma estrategia con Matheus Cunha. El club activó la cláusula de rescisión de 62.5 millones de libras del jugador en el Wolverhampton Wanderers. El traspaso se completará oficialmente tras el parón internacional.
El técnico del United, Ruben Amorim, ve en Cunha un jugador ideal para su sistema 3-4-3, similar al que el brasileño ya domina en los Wolves. Cunha, con experiencia goleadora en la Premier League, anotó 15 goles la temporada pasada y 12 la anterior.
Para el CEO del Manchester United, Omar Berrada, y el director de negociaciones de fútbol, Matt Hargreaves, la cláusula de rescisión fue un factor clave. Eliminó la necesidad de negociar el precio, centrando las conversaciones con los Wolves en la forma de pago.
El acuerdo, anunciado el 1 de junio, demuestra la eficiencia de esta estrategia. El United sabía exactamente qué hacer para cerrar el trato, algo que no siempre era fácil en el pasado. Woodward solía mencionar el «impuesto United», un sobreprecio que los clubes rivales aplicaban a los jugadores cuando el United, uno de los clubes más grandes y ricos del mundo, mostraba interés.
El Manchester United no es el único club que enfrenta este problema. Otros equipos, como el Newcastle United, también han expresado su frustración por lo que consideran un «impuesto saudí», con precios inflados debido a su propiedad.
El club ha cometido errores costosos en el pasado, como los fichajes de Casemiro y Antony, que superaron los 150 millones de libras. Estos traspasos, en términos de precio y salario, son considerados errores costosos desde dentro del club.

Rasmus Højlund es otro ejemplo. Aunque se espera que el joven de 22 años se convierta en el delantero prolífico que el club esperaba, el alto costo de sus 14 goles en la Premier League en dos años es un factor importante.
Después de una dura ronda de negociaciones, al Atalanta se le dijo que el United no superaría los 60 millones de libras. Sin embargo, el United terminó acordando un trato por más de 70 millones de libras, incluyendo complementos, una tarifa que el internacional danés no ha justificado.
El pasado verano, el United se retiró de las negociaciones con el Everton por Jarrad Branthwaite debido a lo que consideraban una valoración inflada.
Fuentes del United han revelado que, a pesar de los desafíos financieros, el club ha creado «espacio» para fichar nuevos jugadores este verano, reduciendo la masa salarial y realizando otros ahorros, incluyendo el programa de despidos del copropietario Sir Jim Ratcliffe.
El mensaje es claro: cualquier gasto deberá ser «disciplinado» antes de una temporada sin competición europea. No se descarta que Berrada, Hargreaves y el director técnico Jason Wilcox abandonen sus esfuerzos por los principales objetivos si las valoraciones se consideran demasiado altas.
Entre los objetivos del United están Bryan Mbeumo del Brentford, pero, según fuentes, se negarán a pagar más allá del «precio fijado» por Berrada. Otras opciones incluyen a Antoine Semenyo del Bournemouth y Eberechi Eze del Crystal Palace.
Mientras el United busca recuperarse de su peor temporada en más de 50 años, la capacidad del club para reclutar jugadores está bajo presión.
Berrada y su equipo buscan eliminar los errores del pasado para construir una plantilla capaz de llevar al club en la dirección correcta, todo ello mientras caminan por una cuerda floja financiera. Ya no pueden permitirse el «impuesto United».