La WNBA en la Encrucijada: Negociaciones Clave para el Futuro
En el mundo del baloncesto femenino, las negociaciones colectivas de la WNBA se encuentran en un momento crucial. Tanto la comisionada de la liga, Cathy Engelbert, como el comisionado de la NBA, Adam Silver, junto con los propietarios de los equipos, han intentado presentar el proceso de negociación como un esfuerzo conjunto para el crecimiento de la liga y el bienestar de las jugadoras. Sin embargo, la Asociación de Jugadoras ha adoptado una postura más enérgica, expresando públicamente sus críticas y descontentos con las tácticas de negociación de la liga, especialmente a través de figuras como Napheesa Collier de las Minnesota Lynx.
En medio de este proceso, la liga se encuentra en una posición financiera favorable, con un nuevo acuerdo de televisión que comenzará en 2026 y la expansión a 18 equipos para 2030. La perspectiva de la directiva es clara: asegurar el crecimiento financiero continuo de la liga, mientras se recompensa a las jugadoras por su papel fundamental en este éxito.
La fecha límite original del convenio colectivo de trabajo (CBA) del 31 de octubre se extendió por 30 días, hasta finales de noviembre. A medida que las negociaciones avanzan, es fundamental analizar lo que está en juego para las jugadoras y la perspectiva de la gerencia.

Cathy Engelbert asumió el cargo de comisionada de la WNBA en julio de 2019, justo en medio de las negociaciones del CBA anterior. Seis años después, la liga ha experimentado un crecimiento notable, incluyendo un acuerdo de derechos de medios por $2.2 mil millones, valoraciones de franquicias que alcanzan cientos de millones de dólares y una expansión que llevará la liga a 18 equipos para 2030. Sin embargo, los últimos meses de su gestión han sido desafiantes, con críticas sobre el arbitraje y la explosiva entrevista de Napheesa Collier, quien criticó duramente el liderazgo de la WNBA.
Engelbert ahora enfrenta la tarea de negociar un acuerdo «transformador» que aumente significativamente los salarios y la compensación de las jugadoras, incentivando la inversión de los propietarios y asegurando la viabilidad a largo plazo de la liga. La interrogante sobre su continuidad como comisionada dependerá de las decisiones de Adam Silver y los propietarios.

Adam Silver, quien ha estado involucrado en el desarrollo y lanzamiento de la WNBA desde la década de 1990, busca que la liga funcione de manera independiente bajo el paraguas de la NBA. El progreso financiero de la WNBA ha llevado a Silver a involucrarse más, especialmente con el interés de más franquicias de la NBA en la liga femenina. Esta dinámica podría ejercer presión sobre la relación laboral entre Silver y Engelbert.
Como su predecesor, David Stern, Silver desea que la WNBA se consolide financieramente como una parte importante de la marca global de la NBA. El nuevo CBA podría ser crucial para definir el legado de Silver en la WNBA.

Los propietarios de la WNBA se dividen en dos categorías principales: millonarios y multimillonarios. Los multimillonarios, como Joe Tsai (New York Liberty), Joe Lacob (Golden State Valkyries), Mark Davis (Las Vegas Aces) y Mat Ishbia (Phoenix), suelen estar más dispuestos a invertir en sus equipos para obtener mayores rendimientos. Estos propietarios, que también poseen equipos de la NBA u otros deportes profesionales, ven a la WNBA como una inversión y están dispuestos a invertir más en ella.

Los propietarios independientes, como los de Seattle Storm y Connecticut Sun, han sido clave para mantener a flote la WNBA. Aunque ahora están en minoría, debido al creciente interés de los propietarios de la NBA, su enfoque se centra en limitar los gastos y mantener la igualdad de condiciones. También buscan recuperar las pérdidas incurridas en el pasado. La inversión en infraestructura, como la instalación de práctica específica para la WNBA de los Storm, demuestra su compromiso.

Con la exitosa temporada de debut de las Valkyries, se suman cinco nuevos equipos. Los equipos de expansión, como Portland Fire y Toronto Tempo, esperan ansiosamente un nuevo CBA, ya que las reglas para el draft de expansión deben ser negociadas colectivamente. Estos equipos no podrán construir sus plantillas hasta que se llegue a un nuevo acuerdo.

Aunque los gerentes generales no están directamente representados en las negociaciones, las reglas del CBA impactan directamente en la construcción de las plantillas y la distribución financiera entre los propietarios y las jugadoras. Los ejecutivos esperan obtener mayor flexibilidad en el nuevo CBA. El tope salarial rígido de la WNBA ha forzado decisiones difíciles. Los gerentes generales también deben conocer cómo se manejarán los próximos drafts de expansión.

Entrenadoras como Cheryl Reeve, Sandy Brondello y Becky Hammon serán impactadas por el nuevo CBA, que afectará decisiones sobre el arbitraje, la priorización y el tamaño de las plantillas. Reeve, con experiencia tanto dentro como fuera de la cancha, y las exjugadoras Brondello y Hammon, entienden la importancia de este CBA. Las entrenadoras están comprometidas con el empoderamiento y el respeto a las jugadoras. Quieren que la WNBA sea financieramente estable y continúe su crecimiento.
El futuro de la WNBA depende de los resultados de estas negociaciones clave. El acuerdo resultante determinará el rumbo de la liga, el bienestar de las jugadoras y el crecimiento continuo del baloncesto femenino.







