En un evento marcado por la tensión política, la policía de West Midlands realizó 11 arrestos durante el partido de la Europa League entre el Aston Villa y el Maccabi Tel-Aviv en Birmingham, el cual transcurrió sin incidentes graves.
El encuentro, que el Aston Villa ganó 2-0 en Villa Park, adquirió una dimensión política significativa tras la prohibición de acceso a los seguidores del club israelí, motivada por preocupaciones de seguridad.
La policía local, que desplegó a más de 700 agentes ante el temor de enfrentamientos entre grupos pro-palestinos y pro-israelíes, detuvo a un hombre de 21 años por no acatar la orden de quitarse la máscara y a un joven de 17 años por incumplir una orden de dispersión.
Además, se arrestó a cinco personas por delitos de orden público con agravantes raciales, a un joven de 21 años por intentar lanzar fuegos artificiales al campo y a otra persona bajo sospecha de posesión con intención de suministro de drogas.
Antes del partido, alrededor de 200 manifestantes, incluyendo miembros de la Campaña de Solidaridad con Palestina, se reunieron cerca de un parque infantil adyacente a la tribuna Trinity Road de Villa Park. Banderas palestinas y pancartas que pedían el boicot a Israel fueron exhibidas junto a la Trinity Road, acompañadas de cánticos pro-Gaza.
Aproximadamente 40 manifestantes, uno de ellos portando una bandera israelí, y otros con carteles que decían «mantener el antisemitismo fuera del fútbol», se congregaron en una cancha de baloncesto cercana a la tribuna Doug Ellis para escuchar a varios oradores que se oponían a la prohibición.
Cinco vehículos circularon frente al estadio antes del inicio del partido, mostrando vallas publicitarias electrónicas con mensajes contra el antisemitismo. Uno de los mensajes, junto a una Estrella de David, decía «Prohibir el odio, no a los aficionados», mientras que otro incluía una cita de la leyenda del fútbol francés Thierry Henry, que afirmaba que el fútbol no se trata de goles sino de unir a la gente.
La atmósfera se caldeó cuando los agentes de policía formaron brevemente un cordón para evitar un avance de los manifestantes después de que un transeúnte supuestamente ondeó una bandera israelí.
El Aston Villa implementó una estricta política de venta de entradas, que solo permitía la compra a personas con historial previo de compra. También se advirtió a los aficionados que no exhibieran banderas o pancartas políticas, de acuerdo con las regulaciones de la UEFA, una solicitud que se cumplió en todo momento.
Antes del inicio del partido, la atmósfera entre los dos equipos fue cordial, con el locutor del estadio animando a los aficionados del Aston Villa a dar una cálida bienvenida a sus visitantes, mientras que el Aston Villa salió al campo con mascotas vestidas con los colores del Maccabi.
La ausencia de los aficionados visitantes se evidenció en una gran cantidad de asientos vacíos en la tribuna Doug Ellis, pero los temores de que hubiera problemas en el estadio pronto desaparecieron. El ambiente fue en gran medida benigno dentro del estadio, ya que el Aston Villa se encaminó a la victoria, lo que favorece sus esperanzas de clasificarse directamente para las fases eliminatorias.
Los goles de los holandeses Ian Maatsen y Donyell Malen aseguraron la victoria por 2-0.
La atención se centró en el partido después de que las autoridades de Birmingham decidieran el mes pasado prohibir la asistencia de los aficionados visitantes. La decisión fue ampliamente criticada, incluyendo al Primer Ministro Británico Keir Starmer, pero fue elogiada por otros, quienes mencionaron el historial de violencia reciente de los aficionados del Maccabi.
La policía de West Midlands declaró que había considerado que el partido era de alto riesgo «basándose en la información actual y los incidentes anteriores», incluyendo la violencia y los delitos de odio que tuvieron lugar cuando el Maccabi Tel-Aviv jugó contra el Ajax en Ámsterdam la temporada pasada.
La prohibición se produjo en un momento de creciente preocupación por el antisemitismo en Gran Bretaña, tras un ataque mortal a una sinagoga de Mánchester el mes pasado y los llamamientos de palestinos y sus simpatizantes a un boicot deportivo a Israel por la guerra contra Hamás en Gaza. Las esperanzas de que el reciente alto el fuego aliviara las tensiones parecen prematuras.
