Los números no siempre cuentan la historia completa, pero a veces, la distorsionan.
Vasiliy Lomachenko, anunció su retiro del boxeo a los 37 años. Deja el deporte como un campeón mundial en tres divisiones con un récord profesional de 18-3 (12 KOs).
A medida que pasan los años, una nueva ola de fanáticos del boxeo no habrá presenciado la habilidad del ucraniano en el ring. En cambio, mirarán su récord y se preguntarán cómo un boxeador con tres derrotas en solo 21 peleas puede ser considerado grandioso. Especialmente en una era donde la grandeza a menudo se define por mantener un récord invicto, algo que Floyd Mayweather hizo famoso al retirarse con un récord de 50-0.
Pero Lomachenko era un tipo diferente de atleta, cuyo camino por el boxeo profesional después de una notable carrera amateur, donde ganó dos medallas de oro olímpicas y acumuló un récord extraordinario de 396-1, fue opuesto a la mayoría de las carreras de boxeo. En lugar de pasar la primera parte de su carrera profesional enfrentando a oponentes desconocidos, Lomachenko se sumergió de cabeza en los mayores desafíos y se definió por superar la adversidad.
En su segunda pelea profesional, menos de cinco meses después de su debut, Lomachenko se enfrentó al campeón de peso pluma de la OMB, Orlando Salido, en marzo de 2014. Lomachenko buscaba hacer historia al intentar romper el récord al convertirse en campeón mundial en su segunda pelea. Sin embargo, Salido tenía otros planes. No dio el peso por 2 libras y usó su ventaja de tamaño, junto con algunas tácticas sucias, para superar a Lomachenko por decisión dividida.
Sin inmutarse, Lomachenko se adaptaría al estilo profesional y cumplió su segundo intento de convertirse en campeón mundial al derrotar al invicto Gary Russell Jr. por decisión mayoritaria en junio de 2014 para reclamar el título vacante de peso pluma de la OMB, uniéndose a Saensak Muangsurin como los únicos boxeadores en convertirse en campeones en su tercera pelea profesional.
Pero lo mejor estaba por venir.
Lomachenko defendió con éxito el título tres veces antes de subir al peso ligero junior, donde detuvo al campeón de la OMB Roman Martínez en cinco asaltos en junio de 2016 para convertirse en el boxeador más rápido en ganar títulos mundiales en dos clases de peso diferentes (siete peleas). Después de eso, se nos presentó «No Mas-Chenko».
En sus siguientes cuatro peleas, contra Nicholas Walters (26-0-1), Jason Sosa (20-1-4), Miguel Marriaga (25-2) y Guillermo Rigondeaux (17-0), Lomachenko obligó a cada uno de sus oponentes a abandonar en la esquina entre asaltos. Con su excelente juego de pies, precisión milimétrica y extraordinario atletismo, Lomachenko fue prácticamente intocable durante esta notable racha que lo consolidó como un habitual en las clasificaciones libra por libra. Contra posiblemente el otro mejor boxeador amateur de esta generación, su compañero dos veces medallista de oro olímpico Rigondeaux, Lomachenko lo desarmó fácilmente, permitiendo que Rigondeaux conectara solo el 8% de sus golpes totales en una victoria por nocaut técnico en el sexto asalto.
Le tomaría a un boxeador promedio una carrera completa lograr lo que Lomachenko hizo en solo 11 peleas profesionales.
Y aún no había terminado.
Aunque era ampliamente considerado un peso ligero junior pequeño, Lomachenko se aventuró al peso ligero para su siguiente desafío, desafiando al campeón de la AMB Jorge Linares en mayo de 2018. Aunque fue derribado en el sexto asalto, Lomachenko detuvo a Linares en el décimo asalto con un golpe al hígado para convertirse en el boxeador más rápido en ganar títulos mundiales en tres clases de peso diferentes (12 peleas), destrozando el récord anterior de 20 peleas en posesión de Jeff Fenech.
Con su estatus libra por libra consolidado, Lomachenko unificó títulos con victorias sobre José Pedraza y Luke Campbell, pero no pudo convertirse en campeón indiscutible cuando no pudo ante el campeón de la FIB Teofimo López. Después de ganar sus siguientes tres peleas, Lomachenko volvió a quedarse corto en su intento de unificar los cuatro cinturones principales de peso ligero cuando perdió una decisión muy controvertida ante Devin Haney. Ambas derrotas, contra Haney y López, fueron contra oponentes naturalmente más grandes y jóvenes.
Antes de retirarse, Lomachenko arrasó al excampeón indiscutible de peso ligero George Kambosos Jr. en mayo de 2024 con un nocaut técnico en el undécimo asalto en el patio trasero de su oponente, en Perth, Australia. A los 36 años, Lomachenko no estaba seguro de su próximo movimiento. Entre su edad avanzada y su anhelo de estar en su hogar en Ucrania, Lomachenko finalmente decidió que su carrera de boxeo había terminado.
Aunque Lomachenko no se retiró con un récord perfecto, su apetito por hacer historia y asumir los mayores desafíos desde el momento en que se hizo profesional es la razón por la que entrará en el Salón de la Fama Internacional en tres años. Para la mayoría de los boxeadores, 21 peleas todavía son parte de la fase de construcción.
Con la misma cantidad de peleas, Canelo Álvarez era un virtual desconocido que todavía peleaba exclusivamente en México. Terence Crawford aún no había ganado un título mundial importante después de sus primeras 21 peleas. Incluso Mayweather, quien es reconocido como el mejor boxeador de esta generación, no había logrado lo que Lomachenko hizo en 21 peleas. Lomachenko es el ejemplo perfecto de la necesidad de presenciar la grandeza en tiempo real para comprenderla completamente, y de no depender únicamente de los números y los récords para contar una historia.
