Las Aces de Las Vegas Conquistan la WNBA: ¿Un Nuevo Capítulo de Tensión?
La temporada de la WNBA llegó a su fin con un nuevo campeón: las Las Vegas Aces, quienes obtuvieron su tercer título en cuatro años. Sin embargo, el trasfondo de la serie final y de toda la postemporada estuvo marcado por la alta tensión y las apuestas. Este ambiente podría intensificarse aún más, ya que la liga enfrenta una de las pretemporadas más desafiantes de su historia.
La WNBA ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, con un aumento en la asistencia, las audiencias televisivas, la inversión y el valor de las franquicias. El gran desafío reside en cómo estas mejoras se traducirán en un cambio duradero y transformador. Esta es la pregunta que la liga, sus jugadoras y otros interesados deben responder.
Actualmente, la WNBA y la Asociación de Jugadoras (WNBPA) están inmersas en negociaciones para un nuevo acuerdo de negociación colectiva, lo que genera la posibilidad de una interrupción laboral. Además, el futuro de Cathy Engelbert como comisionada está en entredicho, tras las declaraciones de Napheesa Collier, estrella de las Minnesota Lynx, quien criticó duramente a la directiva de la WNBA.
La atención se centra en cómo la liga responderá a las preocupaciones sobre el arbitraje, que se intensificaron durante la postemporada.
La incógnita sobre el futuro de Engelbert como comisionada es un tema de debate. Las tensiones se manifestaron a lo largo de la temporada, con jugadoras y entrenadores expresando su frustración por el arbitraje y la intensificación de las negociaciones del convenio colectivo.
En una entrevista posterior a la eliminación de las Lynx, Collier denunció a la directiva de la WNBA y reveló conversaciones privadas con Engelbert. Collier afirmó que Engelbert dijo que Caitlin Clark «debería estar agradecida. Gana 16 millones de dólares fuera de la cancha porque sin la plataforma que le da la WNBA, no ganaría nada» y que «las jugadoras deberían estar de rodillas, agradeciendo a las estrellas de la suerte por el acuerdo de derechos de medios que les conseguí».
Antes del primer partido de las Finales, Engelbert reconoció que había «muchas imprecisiones» en los comentarios atribuidos a ella por Collier y negó haber hecho la declaración específica sobre Clark. Sin embargo, admitió que «si las jugadoras no se sienten apreciadas y valoradas por la liga, entonces tenemos que mejorar, y yo tengo que mejorar».
Varios dueños de equipos expresaron su descontento con el liderazgo de Engelbert. Se considera poco probable que se produzca un cambio importante en el liderazgo mientras continúan las negociaciones del convenio colectivo.
La frustración con Engelbert abarca varios aspectos: la falta de resolución de problemas como el arbitraje; decisiones comerciales que podrían haber complicado la estructura de propiedad de la WNBA y obstaculizado su crecimiento; y su estilo de interacción y comunicación.
La renovación del convenio colectivo podría ser la última oportunidad de Engelbert para salvar su puesto.
Las negociaciones del convenio colectivo parecen ser el punto central de las tensiones en la WNBA.
El convenio colectivo actual expira el 31 de octubre, pero es probable que se extienda, como ocurrió en 2020. Un punto clave en las negociaciones es el reparto de ingresos y si el porcentaje de las jugadoras se mantendrá constante o aumentará durante la vigencia del nuevo convenio.
Se espera que los dueños de equipos estén tan unidos en las negociaciones como las jugadoras.
La crisis de arbitraje en la WNBA es otro tema de preocupación. Los comentarios del entrenador Nate Tibbetts tras la derrota de las Phoenix Mercury en el Juego 4 de las Finales, resaltaron la problemática del arbitraje.
El ejecutivo de un equipo señaló que existen problemas más profundos, como la falta de recursos en los estadios y la ausencia de un centro de repetición. También se mencionó la necesidad de un informe de los últimos dos minutos y un centro de repetición para mejorar la transparencia y credibilidad de los árbitros.
Además, se plantea la necesidad de invertir más en la formación de los árbitros, ya que se considera que su nivel de talento no es el adecuado.
La WNBA cuenta con un proceso de evaluación de los árbitros que incluye una revisión por parte de los oficiales de la WNBA, un panel de revisores independientes y la retroalimentación de los entrenadores. La liga no sanciona a los árbitros por un error individual, sino que evalúa su trabajo a lo largo de la temporada.