Nueva York – Los Mets de Nueva York demostraron su poderío ofensivo en un momento crucial de la temporada, enviando un claro mensaje a sus rivales en la Liga Nacional.
En un partido clave, los Mets desplegaron su potencial ofensivo, especialmente en las primeras entradas.
El equipo fabricó cinco carreras en la primera entrada, estableciendo el tono del juego. La ofensiva continuó encendida con jonrones consecutivos de Francisco Lindor y Pete Alonso en el segundo episodio. Brett Baty y Cedric Mullins se unieron a la fiesta de batazos, sellando una victoria por 8-3 sobre los Padres de San Diego en el Citi Field.
Este triunfo fue un respiro para los Mets, quienes habían experimentado una racha negativa de ocho derrotas en sus últimos nueve juegos. La victoria les permitió mantener una ventaja en la lucha por el comodín.
Creo que cuando estábamos en esa posición a mediados de junio, jamás anticipábamos estar en esta situación. Por ahora, nuestro enfoque es ganar la mayor cantidad de juegos posibles y jugar con mentalidad de postemporada.
David Stearns, presidente de operaciones de béisbol
En el montículo, la estrategia funcionó a la perfección. Clay Holmes abrió el juego con cuatro entradas de labor, permitiendo solo dos cuadrangulares. Sean Manaea se encargó de los últimos cinco episodios, limitando a los Padres a una carrera y obteniendo la victoria.
El abridor de San Diego, Michael King, no tuvo la misma suerte, concediendo cuatro jonrones y ocho carreras, la mayor cantidad permitida en su carrera.
Con la ofensiva en su mejor momento y una rotación enfocada en maximizar resultados, los Mets buscan cerrar la temporada regular con fuerza y asegurar su lugar en la postemporada. La actuación del equipo demostró por qué, a pesar de los altibajos, nadie quiere enfrentarlos en octubre.