En una mañana lluviosa en Nueva York, el sol brillaba para Canelo Álvarez. El boxeador mexicano, a pesar de las condiciones climáticas, lucía gafas de sol, parte de su estrategia para la promoción de su esperado enfrentamiento contra Terence Crawford el 13 de septiembre.
La gira promocional, que consta de tres paradas, llevó a Álvarez al centro de atención en el Javits Center, donde la prensa se reunió para cubrir el evento. Mientras la mayoría buscaba refugio de la lluvia, Álvarez irradiaba confianza y brillo, quizás influenciado por su reciente adquisición de un reloj Jacob & Co. de edición especial, valorado en casi medio millón de dólares.
Durante las entrevistas, las gafas de sol de Canelo se convirtieron en una constante, protegiéndolo de la intensa luz y reflejando su enfoque en el combate. El boxeador mexicano, conocido por su seriedad, solo muestra emoción al hablar de golf. El resto del tiempo, se concentra en promocionar la pelea, que promete ser un momento crucial para los aficionados al deporte, transmitida por Netflix y organizada por Zuffa Boxing, bajo la marca TKO, con Dana White a la cabeza.
“Esto es enorme para el boxeo”, afirmó Canelo. “Me alegra participar en este tipo de peleas que tanta gente puede ver. Todo el mundo tiene Netflix”.
Canelo Álvarez
En una sala cercana, Crawford se mostró igualmente reservado, cumpliendo con el mismo ciclo de entrevistas. Ambos boxeadores enfrentaron una agenda apretada, con una visita previa a Arabia Saudita y una próxima parada en Las Vegas.
La fotografía que generó controversia
Un detalle que generó debate entre los fanáticos fue una foto compartida por Turki Alalshikh, figura clave en la organización de la pelea, donde se mostraba a Crawford y Canelo compartiendo una cena. La imagen, que mostraba a los boxeadores en un ambiente distendido, generó reacciones encontradas entre los aficionados, quienes esperaban una rivalidad más marcada.
La expectativa de los fanáticos del boxeo
En el mundo del boxeo, la rivalidad y el enfrentamiento son elementos esenciales en la promoción de una pelea. Los aficionados esperan miradas desafiantes, gestos de desprecio y una intensa batalla en el ring. Sin embargo, la cena compartida por Canelo y Crawford generó sorpresa y debate.
A pesar de esto, ambos boxeadores reconocieron que la cena fue un tanto incómoda. Crawford, quien en el pasado fue campeón indiscutible en la categoría de 135 libras, ahora se enfrentará a Canelo en una categoría superior. La dinámica entre ambos, que se conocieron en el pasado, parecía destinada a ser un encuentro de dos grandes figuras que se cruzan en el camino.
“Realmente no me gusta este tipo de cosas”, confesó Canelo. “No me gusta estar involucrado con mis oponentes. Pero déjame decirte algo: lo vi y realmente quiero castigarlo. Estaba pensando, voy a joder a este tipo”.
Canelo Álvarez
La conferencia de prensa
La conferencia de prensa, conducida por Michael Buffer, fue un evento lleno de expectación. La multitud, mayoritariamente a favor de Canelo, demostró su apoyo al boxeador mexicano. Crawford, por su parte, recibió una recepción mixta, pero dejó claro que está listo para el desafío.
El ambiente se encendió cuando Canelo solicitó a Alalshikh que redujera el tamaño del ring para la pelea, lo que provocó una respuesta contundente de Crawford.
“La única carrera que voy a hacer es en su cabeza. Y también tiene una cabeza grande”.
Terence Crawford
La conferencia de prensa finalizó con un careo entre ambos boxeadores, un momento que generó tensión y anticipación. White, conocido por su habilidad para mantener la calma, tuvo que intervenir para evitar que la situación se saliera de control. El enfrentamiento, que incluyó un empujón de Canelo a Crawford, dejó en claro que la rivalidad entre ambos es real y que el 13 de septiembre se vivirá una batalla épica.
El careo
El careo entre los boxeadores fue un momento de alta tensión. Crawford avanzó hacia Canelo, quien respondió con un empujón. White intervino, pero la intensidad del momento quedó patente. La situación se repitió, mostrando la rivalidad entre ambos púgiles.
Al final de la sesión fotográfica, Álvarez, sin gafas de sol y con la mirada fija en Crawford, dejó claro que no hay planes para futuras cenas y que el enfrentamiento del 13 de septiembre será una batalla sin cuartel.
