
El título de «El Mejor en No Ganar» de Denny Hamlin permanece intacto tras una derrota agónica en tiempo extra en la final de temporada de la NASCAR en Phoenix el domingo.
Es difícil procesar lo sucedido a Denny Hamlin en la final de la temporada 2025 de la NASCAR. El piloto, con una trayectoria de dos décadas, dominó el evento final, buscando ser el mejor clasificado de los cuatro aspirantes al campeonato.
En este momento, nunca quiero volver a correr.
Denny Hamlin
Hamlin lideró 208 de las 312 vueltas programadas, incluyendo las últimas 28 en el tiempo reglamentario, antes de que este se extendiera.
Kyle Larson, ganador del campeonato, admitió que, aunque celebraba su segundo título, sentía culpa por la derrota de Hamlin. Reconoció la gran competitividad y amistad que tiene con Hamlin, y lo difícil que fue verlo tan cerca del campeonato sin lograrlo.
William Byron, compañero de equipo de Larson, se disculpó con Hamlin en el podio. Fue Byron quien, al golpear el muro, provocó la bandera amarilla que reinició la carrera y llevó al tiempo extra, afectando el resultado final.
En el pit lane, Hamlin perdió la delantera al tomar cuatro neumáticos, lo que le costó la carrera y el campeonato, finalizando sexto en la carrera y segundo en la clasificación general, a tres puntos de Larson.
Este momento singular unió a competidores en una muestra de emoción y respeto, algo que no se veía en la serie. Después de la carrera, muchos corredores se acercaron a consolar a Hamlin.
Larson expresó su deseo de que Hamlin experimente la victoria antes de retirarse, reconociendo su arduo trabajo y dedicación.
Hamlin, con 60 victorias en su carrera, incluyendo tres en Daytona 500, ha tenido diez top 5 en la clasificación final y dos subcampeonatos. Sus logros resaltan su estatus como «El Mejor en No Ganar».
Larson también comentó sobre la posibilidad de que el formato de campeonato se modifique, sugiriendo que un formato con más carreras podría ofrecer mejores oportunidades para ganar el campeonato.
La derrota de Hamlin subraya la incertidumbre y la emoción de la NASCAR, donde el esfuerzo y el rendimiento no siempre garantizan el éxito final.




