El esperado evento deportivo en el Bristol Motor Speedway, conocido como el «Speedway Classic» entre los Atlanta Braves y los Cincinnati Reds, se vio empañado por la lluvia el sábado por la noche. El juego, que prometía ser histórico al ser el primer partido de temporada regular de la MLB en Tennessee, fue suspendido en la primera entrada debido a las inclemencias del tiempo.
La suspensión ocurrió después de un retraso inicial de dos horas y diecisiete minutos, marcado por la ceremonia de lanzamiento de la primera bola, donde estuvieron presentes leyendas del béisbol como Johnny Bench y Chipper Jones, junto con figuras de NASCAR como Kyle Busch y Chase Elliott. El juego se reanudará el domingo a la 1 p.m. ET.
Estamos optimistas de que el pronóstico del tiempo mejore para mañana.
Michael Hill, vicepresidente sénior de operaciones en el campo de la MLB
La lluvia presentó desafíos para los jugadores. Un bate se le escapó de las manos a TJ Friedl, y un lanzador pareció perder el equilibrio al cubrir la primera base.
Este evento, anunciado hace casi un año, forma parte de la iniciativa de la MLB de llevar el béisbol a lugares donde no se juega regularmente, siguiendo el éxito de los juegos en el «Field of Dreams» y otros eventos especiales.
El lanzador de los Reds, Andrew Abbott, sorprendió al llegar al estadio con un atuendo inspirado en NASCAR, mostrando su entusiasmo por el evento.
Antes de que la lluvia interrumpiera el juego, los aficionados disfrutaron de diversas actividades, incluyendo una noria de 110 pies, puestos de comida, música en vivo y oportunidades para fotos con el trofeo del Comisionado.
Las presentaciones de los equipos fueron espectaculares, con los jugadores desfilando entre automóviles decorados con los colores de Atlanta y Cincinnati.
El retraso inicial obligó a los Braves a cambiar su lanzador abridor. Spencer Strider, que creció cerca de Knoxville, recibió una gran ovación, pero el equipo optó por Austin Cox.
El juego se reanudó brevemente, pero una vez más la lluvia obligó a una nueva pausa, después de que Austin Hays conectara un sencillo impulsador para Cincinnati.
A pesar de que no se vendieron todas las entradas, más de 85,000 boletos fueron adquiridos, superando el récord de asistencia de 1954.
El campo de juego presentaba dimensiones únicas, con distancias considerables para los jonrones.
El primera base de los Braves, Matt Olson, expresó su asombro por la magnitud del evento.

La lluvia arruinó una noche histórica en Bristol Motor Speedway, donde miles de personas se reunieron para ver a los Braves enfrentarse a los Reds, y tuvieron que esperar a que el juego se suspendiera en la primera entrada.