Keegan Bradley: De las Canchas de Bethpage a la Capitanía de la Ryder Cup
FARMINGDALE, N.Y. – La historia de Keegan Bradley con el campo Black de Bethpage State Park es una de esas que parecen sacadas de una película. Durante su etapa en St. John’s, Bradley y sus compañeros de equipo disfrutaban de un privilegio inusual: jugar en el famoso campo, sede de la Ryder Cup de esta semana, los lunes, cuando estaba cerrado al público.
El entonces entrenador de St. John’s, Frank Darby, había hecho un trato con el superintendente de Bethpage Black, Craig Currier, a quien Darby conocía por haber ayudado a organizar el New York State Open en el campo durante años. Para Bradley, el campo se convirtió en su favorito, un lugar donde podía perfeccionar su juego en un entorno único.
Era como poder tirar tiros de baloncesto en el Madison Square Garden sin nadie en el estadio, sin nadie allí. Es una experiencia tan surrealista.
Mike Ballo Jr., ex compañero de equipo de Bradley
Existía una regla: solo podían jugar los hoyos del 3 al 14, lo que se conoce como el «Short Course», y no podían cruzar Round Swamp Road para jugar los últimos cuatro, que estaban demasiado cerca de la casa club y los guardias de seguridad. Un día, durante el otoño de su último año en 2007-08, Bradley y su compañero de equipo George Zolotas decidieron saltarse la norma y jugar los hoyos 15-18. Al llegar al green del 18, una multitud los esperaba.
Este fin de semana, Bradley, de 39 años, tiene la libertad de ir donde quiera en Bethpage Black como el capitán más joven del equipo estadounidense de la Ryder Cup desde que Jack Nicklaus, de 34 años, lo fuera en 1963. Independientemente de si ganan o pierden contra los europeos, la experiencia seguramente será un momento de círculo completo para el nativo de Vermont, quien ha pasado gran parte de su carrera en el PGA Tour sintiéndose como un forastero.
Después de que los europeos derrotaran a los estadounidenses 16½-11½ en el Marco Simone Golf & Country Club en las afueras de Roma hace dos años, el equipo estadounidense necesitaba un nuevo liderazgo e ideas frescas. Bradley, a pesar de no ser la primera opción, fue elegido por varias razones. No se consideraba parte de la élite del deporte a pesar de ganar el Campeonato de la PGA en 2011 y acumular ocho victorias en su carrera. Además, fue excluido del equipo de la Ryder Cup de 2023.
La serie de Netflix, «Full Swing», capturó el momento en que el entonces capitán estadounidense Zach Johnson llamó a Bradley para darle la noticia de que no sería uno de los seis elegidos por el capitán. «Ese momento fue real», dijo Bradley el año pasado. «Estaba destrozado. Nos tomó un tiempo superarlo, a toda nuestra familia. Estábamos devastados».
La trayectoria de Bradley en el golf ha sido una constante lucha cuesta arriba, con un pasado marcado por el esquí y la influencia de su familia. Su padre, Mark Bradley, lo introdujo en el golf a una edad temprana, y su tía, Pat Bradley, es miembro del Salón de la Fama del Golf Mundial. Desde pequeño, Keegan aprendió la disciplina y la perseverancia necesarias para triunfar en el deporte.

Cuando Keegan tenía 13 años, dejó de esquiar para centrarse en el golf, una decisión crucial que marcó el rumbo de su carrera deportiva. La dedicación de Keegan al golf se consolidó durante el verano de 2003, cuando vivió con su padre en una casa rodante y perfeccionó su juego en Hopkinton Country Club.
La influencia de su padre y su pasión por el deporte lo llevaron a St. John’s, donde recibió una beca completa. Fue allí donde Bradley se convirtió en un líder natural, atrayendo a otros jugadores y estableciendo un ambiente de trabajo y compañerismo.

Después de graduarse, Bradley y sus compañeros de equipo mantuvieron una fuerte conexión, incluso después de mudarse a Florida para perseguir sus sueños en el PGA Tour. Bradley, que siempre ha valorado la amistad y el apoyo, ayudó a su amigo Mike Ballo Jr. a continuar su carrera profesional.
El camino de Bradley hacia la cima no fue fácil, pero su determinación y perseverancia lo llevaron a alcanzar el éxito en el PGA Tour. Su enfoque en el trabajo duro y la mejora constante lo convirtió en un jugador de élite, con victorias en cada una de las últimas cuatro temporadas. A pesar de considerar la posibilidad de ser capitán jugador, Bradley decidió enfocarse en liderar a su equipo en la Ryder Cup.
Bradley, que actualmente ocupa el puesto número 13 del mundo, ha aprendido a valorar la amistad y el compañerismo en el golf. Su experiencia como capitán le ha permitido desarrollar nuevas relaciones y fortalecer las existentes. Aunque extraña la oportunidad de jugar en la Ryder Cup, Bradley se siente honrado de liderar a su equipo y ayudar a sus compañeros a alcanzar su máximo potencial.
En la Ryder Cup, Bradley tendrá la oportunidad de demostrar su liderazgo y guiar a su equipo hacia la victoria. Con su pasión, experiencia y dedicación, Bradley está listo para enfrentar este nuevo desafío y dejar su huella en la historia del golf.