Los grandes superhéroes son aquellos con los que podemos identificarnos. Gastamos nuestro dinero y tiempo libre para verlos en acción, logrando lo que creíamos imposible. Pero los amamos aún más cuando muestran su lado humano, sintiendo dolor, llorando y amando las mismas cosas que nosotros.
Lewis Hamilton posee esa cualidad especial.
El Superpoder de Lewis Hamilton
Considerado el mejor piloto de Fórmula 1 de la historia, con un patrimonio estimado en 450 millones de dólares, Hamilton rompe récords en cada carrera. Asiste a eventos como la Met Gala con atuendos futuristas y ha colaborado en películas con estrellas de Hollywood.
Recientemente, Hamilton compartió en redes sociales un momento íntimo: la despedida de su bulldog Roscoe, quien falleció tras una larga enfermedad.
Tuve que tomar la decisión más difícil de mi vida y despedirme de Roscoe. Es una de las experiencias más dolorosas y siento una profunda conexión con todos los que han pasado por la pérdida de una mascota querida.
Lewis Hamilton
Esta vulnerabilidad es lo que hace a Hamilton tan cercano a sus seguidores. Es un recordatorio de que, a pesar de sus logros, sigue siendo humano.
La noticia de la partida de Roscoe fue compartida a través de las redes sociales, mostrando una faceta más personal de la estrella de la Fórmula 1.
La conexión entre Hamilton y su mascota era evidente para sus millones de seguidores.
En la publicación, Hamilton compartió la difícil decisión de despedirse de su amigo, expresando el dolor y la conexión con aquellos que han experimentado una pérdida similar.
Hamilton, desde sus inicios, ha sido un personaje que ha desafiado las normas. Desde sus primeros años en el karting, destacando en un deporte dominado por otros, hasta su llegada a la Fórmula 1, siempre ha mantenido una conexión con sus raíces.
Roscoe, el bulldog inglés de Lewis Hamilton, pasó 12 años viajando por el mundo junto al siete veces campeón de F1.
En 2007, con 22 años y en su primera temporada de Fórmula 1, Hamilton ya era un ganador de carreras y elogiado como el futuro de la competición. En conversaciones, mostraba su lado humano, recordando sus inicios y las dificultades de su familia.
La accesibilidad de Hamilton es notable, especialmente al hablar sobre temas como la justicia social. Ha compartido sus experiencias personales, desde el acoso escolar hasta su relación con su padre y la pérdida de sus mascotas.
Coco, su otro perro, falleció en 2020. Roscoe, adoptado en 2013, acompañó a Hamilton en seis títulos mundiales y 84 victorias. Incluso tuvo una cuenta de Instagram con 1.4 millones de seguidores y apareció en la película «F1».
La relación entre Hamilton y Roscoe nos recuerda la importancia de estos compañeros en la vida de nuestros héroes, brindándoles amor incondicional y apoyo.