En un emocionante encuentro de semifinales, las Minnesota Lynx demostraron su capacidad de adaptación y trabajo en equipo al vencer a las Phoenix Mercury con un marcador de 82-69, asegurando así una ventaja de 1-0 en la serie.
Tras un primera mitad desafiante, donde permitieron 47 puntos, el equipo se reunió en el vestuario durante el descanso para replantear su estrategia. La conversación fue un claro ejemplo de colaboración, enfocándose en cómo mejorar juntos sin señalar culpables.
Fue un esfuerzo colaborativo en cuanto a lo que querían hacer en términos de esquemas. Todos estaban involucrados.
Cheryl Reeve, Entrenadora de las Lynx
Esta dinámica de diálogo y ajuste es común para las Lynx, siendo clave para cambiar el rumbo de los partidos. La intensidad defensiva fue fundamental, limitando a las Mercury a solo 12 puntos en la segunda mitad después de permitir 42 en la pintura en la primera.
La clave estuvo en neutralizar la estrategia de Phoenix, que involucraba a Alyssa Thomas. En la primera mitad, Thomas anotó 16 puntos y contribuyó en 23 puntos del equipo. Sin embargo, en la segunda mitad, las Lynx aplicaron un doble marcaje sobre Thomas, limitándola a solo dos puntos.
Esta estrategia obligó a las Mercury a depender de tiros de tres puntos, con un pobre resultado de 3 de 23 intentos. Courtney Williams lideró a las Mercury con 23 puntos, 8 rebotes, 7 asistencias y 5 robos.
Kayla McBride contribuyó con 21 puntos y 6 rebotes, mientras que Napheesa Collier sumó 18 puntos y 9 rebotes. El partido, que llegó empatado a 59 al inicio del último cuarto, se definió con un parcial de 14-2 en los últimos cinco minutos, sellando la victoria de las Lynx.
Nunca sentimos que estamos abajo. Somos un grupo resiliente, así que nunca miramos el marcador. Solo intentamos conseguir las victorias.
Courtney Williams
