Mundial de Rugby Femenino: Desigualdad vs. Sueños, el contraste en la cancha.

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El rugby femenino y la cruda realidad post-mundial

Después de semanas de intensa competencia en el Mundial de Rugby Femenino, la capitana de Samoa, Sui Pauaraisa, se preparaba para regresar a casa y reencontrarse con sus hijos. Para muchas jugadoras, el torneo representa un paréntesis en sus vidas cotidianas, un sueño hecho realidad que contrasta con la realidad que les espera al finalizar.

Pauaraisa, quien durante el torneo combinaba su rol de capitana con el entrenamiento y el trabajo en su equipo, anhelaba el abrazo de sus hijos. El regreso a casa, después de semanas separada de su familia, era su prioridad. Una vez en Nueva Zelanda, se reintegraría a su trabajo como administradora clínica.

Inglaterra y Samoa celebrando juntas después del partido.

El Mundial de Rugby Femenino es un torneo que deja un legado, pero también revela las desigualdades existentes en este deporte. La disparidad entre los equipos «privilegiados» y los que luchan por recursos es evidente. Sin embargo, la esperanza es que este Mundial impulse cambios significativos y cierre la brecha existente.

«Quiero ser alguien a quien puedan admirar. Quiero que crezcan y sean mujeres fuertes, ser una especie de modelo a seguir para ellas».

Sui Pauaraisa

La realidad para muchas jugadoras es dura. Algunas han tenido que tomarse licencias no remuneradas, otras han recurrido a préstamos y financiamiento colectivo para llegar al torneo. A pesar de los sacrificios, el objetivo es claro: representar a su país e inspirar a las futuras generaciones.

Las diferencias en los contratos de las jugadoras son notables. Mientras que las 32 jugadoras de Inglaterra tienen contratos a tiempo completo y reciben una remuneración por partido, otros equipos como Samoa y Canadá recurrieron al financiamiento colectivo para poder participar en el Mundial.

La capitana de Samoa, Sui Tauaua-Pauaraisa, jugó en los tres partidos de su país.

World Rugby financió la participación de los 16 equipos en el Mundial y cubrió los gastos de su estancia. Sin embargo, la pregunta clave es qué sucede después del torneo.

«Aumentar el perfil del rugby femenino en los países de todo el mundo y trabajar con ellos para aumentar el perfil es el primer paso para poder aumentar la inversión y el apoyo comercial y desbloquear la financiación de los gobiernos, que es el enfoque para nosotros en términos de sostenibilidad financiera en los próximos cuatro años».

Sally Horrox, Jefa de Rugby Femenino de World Rugby

Para muchas jugadoras, el final de la fase de grupos significó el regreso a la realidad. El entrenador de Samoa, Mataafa Ramsey Tomokino, y la capitana Pauaraisa, expresaron su emoción después del partido contra Inglaterra, destacando la alegría de los tres puntos obtenidos. La jugadora Fa’asua Makisi compartió cómo su madre la apoyó para que pudiera participar en el torneo, asumiendo responsabilidades familiares.

Canadá se enfrentó a un camino arduo hacia la Copa del Mundo a pesar de ser considerada entre las favoritas del torneo.

La vida después del Mundial implica el regreso a sus trabajos para muchas jugadoras. Sama Vergara de Brasil es tatuadora, Olivia DeMerchant de Canadá es bombera, Manuqalo Komaitai trabaja en la Guardia Irlandesa, Nomsai Mokwai de Sudáfrica es enfermera de cuidados de emergencia, y Drenna Falaniko de Samoa es techadora.

La pregunta que surge es qué sigue para estas jugadoras. Para algunas, este Mundial podría ser el punto culminante de sus carreras. Para otras, que ya tienen experiencia profesional, nada se compara con la experiencia vivida en este torneo.

«Creo que nunca más tendré una experiencia tan alegre a través del rugby».

Kanako Kobayashi, jugadora de Japón

Para aquellas que están en la etapa final de sus carreras, el enfoque se centra en el legado que dejarán. Laura Delgado de España, quien tuvo que mentir a sus padres para perseguir su sueño en el rugby, espera inspirar a las futuras generaciones. Mataafa Ramsey, entrenador de Samoa, asumirá un nuevo cargo como gerente general de alto rendimiento en la Unión de Rugby de Samoa, con el objetivo de desarrollar el rugby en la región del Pacífico.

En Brasil, se busca seguir impulsando el rugby femenino en Sudamérica. El entrenador Emiliano Caffera espera que Brasil sea el primer país en liderar el desarrollo del rugby femenino en la región, buscando más partidos y apoyo.

Los mayores recursos de Inglaterra se evidenciaron cuando demolieron a Samoa 92-3 en Franklin’s Gardens.

Incluso para las jugadoras que continúan en el torneo, la incertidumbre es una constante. Algunas jugadoras de Escocia enfrentan la duda sobre si tendrán un contrato después del Mundial. La victoria de Sudáfrica sobre Italia, que les aseguró un lugar en los cuartos de final, representa un momento histórico para el rugby femenino sudafricano.

Laura Delgado ha hablado de mentir a sus padres para perseguir sus sueños en el deporte.

Para Babalwa Latsha, de Sudáfrica, este Mundial es un punto de inflexión, un momento que ilumina un nuevo camino para el rugby femenino. Ilona Maher, de Estados Unidos, seguirá de cerca el torneo, esperando que las jugadoras alcancen nuevas alturas.

A medida que avanza el torneo y se acerca la final, para las jugadoras de ocho equipos, la realidad de la vida cotidiana los espera. La jugadora de Fiji, Kolora Lomani, enfatiza la importancia de esforzarse para lograr los sueños. El Mundial de Rugby Femenino ha sido una plataforma para madres, trabajadoras de oficina, maestras, tatuadoras y bomberas, quienes han demostrado su pasión por el deporte. Se han establecido nuevos récords y caminos, validando los sueños de muchas jugadoras.

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