Las Rosas Rojas Conquistan el Mundo del Rugby Femenino
En un torneo que redefinió los límites del deporte, Inglaterra demostró su supremacía y se coronó campeona de la Copa Mundial Femenina de Rugby.
Ante una multitud récord en Twickenham, las Red Roses soportaron la presión de ser las favoritas y cumplieron con las expectativas, asegurando su tercer título mundial.
Este triunfo se suma a los de 1994 y 2014, consolidando su estatus de leyendas del rugby. La victoria es una redención tras la derrota sufrida hace tres años ante las Black Ferns.
Desde la llegada de John Mitchell como entrenador, el equipo se enfocó en esta fecha, el 27 de septiembre. Con una racha invicta de 32 partidos y seis Grand Slams consecutivos, las Red Roses demostraron su valía.
La clave del éxito fue la cohesión y el manejo de la presión. La cultura del equipo, fomentada por Mitchell, valoró la identidad de cada jugadora, independientemente de su participación en el campo.
El apoyo de las 32 jugadoras fue fundamental para alcanzar la victoria. «Nos tomó a 32 de nosotras poder lograr esto hoy», afirmó Zoe Aldcroft.
El partido final fue muy disputado contra Canadá, que había mostrado un gran rendimiento. Inglaterra tomó el control con un try de Ellie Kildunne y otros de Amy Cokayne y Alex Matthews.
A pesar de un momento de tensión cuando Hannah Botterman fue amonestada y Canadá anotó, Inglaterra recuperó el control. Matthews aseguró la victoria con su segundo try.
Aldcroft expresó su emoción y orgullo por inspirar a la nación y poner el rugby femenino en el mapa.
Este triunfo es un momento histórico para el deporte femenino en Inglaterra, ofreciendo modelos a seguir para jóvenes deportistas. Las Red Roses, con sus historias de superación y resiliencia, han dejado un legado duradero.
