En un encuentro que quedará para la historia, los Florida Panthers vencieron a los Tampa Bay Lightning con un marcador de 7-0 en su último partido de pretemporada. Sin embargo, el resultado quedó en un segundo plano debido a la gran cantidad de penalizaciones y la intensidad del juego.
El partido estuvo marcado por un total de 65 penalizaciones que sumaron 312 minutos en el marcador, incluyendo 13 expulsiones. La situación llegó a un punto tal, que incluso después del partido, los oficiales continuaron registrando penalizaciones.
No tengo idea de qué mensaje estaba tratando de enviar Tampa Bay con su estilo de juego. No me preocupa. El campo de entrenamiento ha terminado. Tuvimos algunos buenos partidos… y nadie se quejó del tiempo en el hielo al final, así que ya pasó.
Paul Maurice, entrenador de Florida
El juego se descontroló, llegando a un punto en el que, según el jugador de Florida, Evan Rodrigues, «realmente no era hockey».
La situación se intensificó desde los primeros minutos, cuando Scott Sabourin de Tampa Bay fue penalizado con una mayor después de solo 19 segundos de juego.
Un momento curioso ocurrió cuando Niko Mikkola, a pesar de haber sido expulsado, fue inicialmente acreditado con una asistencia en un gol que le daba a los Panthers una ventaja de 8-0. El error fue corregido posteriormente, pero ilustró la naturaleza caótica del encuentro.
El juego del sábado fue una continuación de la rivalidad entre ambos equipos, que ya había mostrado su intensidad dos noches antes, en un partido que combinó 49 penalizaciones y 186 minutos.
La rivalidad entre estos dos equipos, con un historial de enfrentamientos en las finales de la Copa Stanley, ha generado una gran expectativa. El entrenador de los Lightning, Jon Cooper, comentó que la situación no le sorprendió, dada la historia de la rivalidad.
