Keegan Bradley, tras su experiencia como capitán de la Ryder Cup, compartió sus reflexiones sobre el desafío y la carga emocional que significó liderar al equipo estadounidense.
Un Reto con Altas y Bajas
Bradley, quien asumió la capitanía, era consciente de la magnitud del evento. Sabía que la victoria significaría gloria eterna, mientras que la derrota implicaría una carga emocional duradera. «No hay parte de mí que piense que alguna vez supere esto», confesó.
El equipo estadounidense, a pesar de ser favorito, enfrentó dificultades desde el inicio, acumulando un déficit considerable antes del día final. Bradley describió la situación como emocionalmente intensa y triste.
Ganas y es gloria de por vida. Pierdes, y es ‘tendré que vivir con esto por el resto de mi vida’.
Keegan Bradley
El capitán del equipo estadounidense de la Ryder Cup, Keegan Bradley.
A pesar de la remontada del equipo en la jornada final, Bradley ha asumido la responsabilidad por ciertas decisiones y reconoce que el evento ha sido uno de los momentos más difíciles de su vida.
Bradley, quien actualmente tiene 39 años, expresó su deseo de volver a jugar en la Ryder Cup, aunque reconoce que no es seguro que tenga la oportunidad. «Este evento ha sido tan brutal para mí. No sé si quiero jugar. No, sí», dijo, reflejando la complejidad de sus sentimientos hacia el torneo.
A pesar de la dificultad de la experiencia, Bradley ha logrado mantener un alto nivel en el PGA Tour.
Bradley también compartió cómo la experiencia de ser capitán le brindó una perspectiva única. Recibió un gran apoyo de los aficionados estadounidenses y sintió algo que pocos jugadores han experimentado en la historia del golf.
Aunque tuvo momentos en los que deseó ser jugador y capitán, Bradley concluyó que tomó la decisión correcta. Reconoció que el año como capitán le dio una experiencia inolvidable.
