Keegan Bradley: De las pistas de Vermont a capitán de la Ryder Cup

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Keegan Bradley: De la Cancha Prohibida a Capitán de la Ryder Cup

Farmingdale, N.Y. – Keegan Bradley, figura destacada del golf estadounidense, ha recorrido un camino fascinante. Desde sus inicios en St. John’s, donde compartía con sus compañeros el privilegio de jugar en el famoso Black Course de Bethpage State Park, hasta su nombramiento como capitán del equipo de la Ryder Cup, la trayectoria de Bradley es un testimonio de perseverancia y pasión por el deporte.

En su época universitaria, Bradley y sus compañeros tenían acceso al campo los lunes, cuando estaba cerrado al público. El entrenador Frank Darby había negociado este acuerdo con el superintendente de Bethpage Black, Craig Currier. El campo, conocido como el «People’s Country Club», se convirtió en el favorito de Bradley.

Era como poder lanzar tiros de baloncesto en el Madison Square Garden sin nadie en el estadio, sin nadie allí.

Mike Ballo Jr., ex compañero de equipo de Bradley

Sin embargo, el acceso tenía restricciones: solo podían jugar los hoyos 3 al 14. Un día, Bradley y su compañero George Zolotas decidieron desafiar las reglas y jugar los hoyos 15 al 18, lo que les causó problemas con la seguridad. A pesar de este incidente, la experiencia en Bethpage Black forjó un vínculo especial con el campo.

Este fin de semana, Bradley, con 39 años, regresa a Bethpage Black como capitán del equipo estadounidense de la Ryder Cup. Un rol que lo convierte en el capitán más joven desde Jack Nicklaus en 1963. Para el jugador de Vermont, esta experiencia representa un círculo completo en su carrera.

La elección de Bradley como capitán fue inesperada. A pesar de sus logros, incluyendo el Campeonato de la PGA en 2011, no siempre se sintió parte de la élite del golf. No fue invitado a reuniones importantes y quedó fuera del equipo de la Ryder Cup de 2023. Este rechazo fue un momento difícil para Bradley y su familia.

La historia de Bradley está marcada por sus raíces en Vermont. Su padre, Mark Bradley, le transmitió la pasión por el golf, y su tía, Pat Bradley, es miembro del Salón de la Fama del Golf Mundial. Desde joven, Keegan se dedicó al golf, entrenando con disciplina y determinación.

Después de un período viviendo en un remolque con su padre, Keegan se destacó en el golf de la escuela secundaria y optó por St. John’s, donde recibió una beca completa. Su liderazgo y talento natural lo convirtieron en una figura clave del equipo universitario.

La conexión de Bradley con el golf y el espíritu de equipo se fortaleció durante su etapa universitaria. Sus compañeros de St. John’s lo acompañaron en la ceremonia de apertura de la Ryder Cup, demostrando la importancia de los lazos forjados a lo largo de los años.

La trayectoria de Bradley en el PGA Tour no siempre fue fácil. Su padre relata que al principio, Bradley se enfocaba en vencer a sus oponentes. Con el tiempo, se acercó a figuras como Justin Thomas y aprendió a valorar la amistad en el deporte.

Bradley, actualmente en el puesto número 13 del mundo, ha ganado torneos en las últimas cuatro temporadas. Aunque consideró ser el primer capitán jugador desde Arnold Palmer, finalmente optó por concentrarse en su rol de líder y apoyar a sus compañeros de equipo.

A pesar de no estar compitiendo en el campo, Bradley se siente honrado de liderar a su equipo y espera que esta experiencia fortalezca aún más su carrera en el golf.

Bradley ha aprendido a valorar la amistad y el compañerismo en el deporte, algo que atesorará por el resto de su vida.

El camino de Keegan Bradley, desde las canchas prohibidas hasta la capitanía de la Ryder Cup, es un ejemplo de perseverancia y pasión por el golf.

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