McIlroy lidera la victoria europea en la Ryder Cup
Tras dos años de espera, Rory McIlroy se convirtió en el protagonista de la victoria europea en la Ryder Cup, tal como lo predijo. La celebración, sin embargo, comenzó sin él.
Shane Lowry, con un putt decisivo en el hoyo 18, selló el triunfo. El equipo europeo, liderado por Luke Donald, celebró con entusiasmo ante una afición mayoritariamente europea.
Jon Rahm abrazó a José María Olazábal, emocionado, mientras Donald respiraba aliviado. McIlroy, tras perder su enfrentamiento individual contra Scottie Scheffler, se mantuvo en el campo, apoyando a sus compañeros.
La tensión aumentó cuando cada punto se volvió crucial. La afición estadounidense se volcó, pero McIlroy se apoyó en sus compañeros.
“Fue muy ajustado al final. Fue un poco estresante”, comentó McIlroy.
McIlroy se mantuvo presente, apoyando a Tyrrell Hatton y Robert MacIntyre. La victoria europea se concretó con un marcador de 15-13.
“Es bueno tener razón. No siempre la tengo”, dijo McIlroy sobre su predicción. “Creo que cuando ganamos en Roma, se pusieron en marcha los mecanismos para intentar hacer algo que no se había hecho en más de una década. Creíamos mucho en nuestra continuidad”.
La cohesión del equipo europeo, su forma de celebrar y de apoyarse mutuamente, es evidente. En el juego por equipos, los europeos han demostrado su fortaleza, superando incluso a los estadounidenses, que, aunque con talento individual, no lograron contrarrestar la unidad europea.
Luke Donald destacó la importancia de la unión y la creación de un ambiente positivo para los jugadores. El equipo europeo, bajo su liderazgo, ha logrado un equilibrio entre la preparación tangible y la intangible.
Justin Rose resaltó la importancia del equipo y el sentimiento de pertenencia. La victoria se logró gracias a la unidad y el deseo de superación.
McIlroy, al final del día, corrió hacia el hoyo 18, emocionado y agotado, siendo recibido por la afición. El triunfo en esta Ryder Cup se suma a su legado, al igual que la victoria en Medinah en 2012.
“Siempre recordaremos esto. Siempre pasaremos a la historia”, dijo Donald.
McIlroy, con lágrimas en los ojos, escuchó las palabras de su capitán, sellando así una victoria histórica.